El desafecto de muchos españoles por su propio país ha dado casi en un género literario, en una escritura del malestar que puede rastrearse a lo largo de los siglos. ¿Por qué ese sentimiento de hostilidad? ¿Tiene explicación en causas históricas? Son algunas de las preguntas que el escritor Juan Pedro Aparicio (León, 1941) trata de responder en "Nuestro desamor a España", libro con el que obtuvo el pasado mes de marzo el Premio Internacional de Ensayo "Jovellanos". "Nuestra historia nacional es más compleja y variada de lo que se nos ha dicho", aseguró ayer tras recoger el galardón. A su juicio, ese proceso pudo tener resultados opuestos a los que conocemos si no hubiera triunfado el modelo político de Castilla, con el apoyo del papado, frente al respeto a la pluralidad e incluso a la variedad religiosa del Reino de León.

Juan Pedro Aparicio, vinculado a la escuela leonesa de narrativa (Luis Mateo Díez o José María Merino) y con orígenes familiares en Asturias, recogió el premio en el Museo Casa Natal de Jovellanos, en el gijonés barrio de Cimavilla, de manos de Pedro de Silva. Para éste, que definió el ensayismo como un "estado jovial del pensamiento", la indagación de Aparicio se inscribe en ese género preciso que tiene que ver con "el ser de España". Una preocupación que cultivaron los regeneracionistas, pero también pensadores como Ortega y Gasset o Unamuno. El expresidente del Principado y columnista de este periódico incluyó "Nuestro desamor a España" en esa fronda ensayística, pero en una "tradición heterodoxa". "Es un texto admirablemente bien escrito", añadió.

Tal y como declaró Juan Pedro Aparicio a LA NUEVA ESPAÑA en una entrevista, tras obtener el "Jovellanos" de ensayo, con su obra ha tratado de elucidar "qué ha pasado para que a los españoles nos sea tan difícil aceptarnos". Una tensión que llega hasta ahora mismo, cuyos calambrazos no afectan sólo al debate territorial y a la tentación centrífuga que asoma en la vida española cada cierto tiempo. La tesis del escritor, tal y como resumió ayer Lluis Xabel Álvarez en nombre del jurado, es que aquella "preeminencia" de Castilla "desvirtuó" la "naturaleza plural" de España.

Juan Pedro Aparicio, que obtuvo el "Nadal" en 1988 por "Retratos de ambigú" y el "Castilla y León" de las Letras por el conjunto de su obra (ha dedicado una estupenda novela, por ejemplo, al Jovellanos crepuscular, "Nuestros hijos volarán con el siglo"), explicó ayer, en una muy bien hilada intervención, que en su ensayo ha querido ser como ese padre al que su hijo le pide cada noche que le relate el mismo cuento y que opta, sin embargo, por una narración distinta.

"Mi libro no es el cuento de ayer, pero espero que sea el de hoy y el de mañana", dijo. Y añadió: "Lo que asoma es un paisaje espiritual que moldea la estructura política". El escritor quiso inscribir su ensayo en la línea de las indagaciones intelectuales que, ante el "abrumador presente", proponen un conocimiento que pueda servir "al mejoramiento de nuestras vidas". "Es a lo que podemos aspirar", manifestó.

Juan Pedro Aparicio recordó, además, sus años gijoneses y su "simpatía y admiración" por Jovellanos. Elogió la firmeza del ilustrado asturiano en la defensa de sus convicciones: "Deseó para España una Constitución breve, clara y que se cumpliera".

A la vigésima segunda edición del Premio Internacional "Jovellanos" se presentaron 159 originales procedentes de 19 países. "La misión de una empresa es promover el bien a través de la cultura", señaló Pelayo García, director de Nobel. El galardón tiene el apoyo del Ayuntamiento de Gijón y de Caja Rural.

Ediciones Nobel hizo entrega, asimismo, del galardón "El mejor poema del mundo" a Celia Corral Cañas (Reinosa, 1987), joven profesora asociada de la Universidad de Salamanca. "La oscura intimidad de la medusa", el texto que eligió el jurado entre los más de dos mil que se presentaron al premio, procedentes de 46 países, es una composición de 79 endecasílabos blancos: metaliteratura y enumeración. "Es un poema excelente", hizo resaltar el escritor Xuan Bello. A su juicio, "todo poema intenta descubrir la verdad de las cosas y es un discurso hacia el otro".