"El reto más importante de la exposición para nosotros a la hora de concebirla era intentar verla con ojos de alemanes y no de españoles, que estamos acostumbrados a contemplar representaciones de Cristo muerto atendiendo a la calidad de la obra y sin reparar demasiado en el tema" indica María López-Fanjul. Y es que la muestra está pensada, como dice la comisaria "para un público de tradición protestante y realidad atea. Buena parte de Berlín fue durante muchos años comunista. El público por eso era muy escéptico antes de ver la muestra. Incluso mis compañeros de trabajo en el museo. La alegría que experimenté estos días fue inmensa al comprobar la reacción positiva de mis compañeros y del público en general ante lo que les ofrecíamos. Déjese impresionar, para eso están hechos estos cuadros, decíamos a los visitantes. Asimismo hay que ver la calidad de la obra más allá del tema. El arte español del siglo XVII es propaganda de la Contrarreforma y acerca la religión al pueblo. Lo consiguieron y aún lo consiguen estas manifestaciones de gran arte. Y hay mucha propaganda política del propio rey a través de la pintura, el teatro y la literatura que corre paralela a sus empresas". María López-Fanjul señala que, en todo caso "el arte español del XVII es nuestra herencia para el mundo entero".

Cuando se le pregunta a la comisaria por su familia, con algunas figuras muy destacadas, afirma que lleva con gran orgullo esa condición "aprendiendo mucho porque he tenido que trabajar mucho, aprender alemán, vivir años y años fuera de mi país al que me gustaría volver. En todo cuenta el ejemplo de mi padre, el entusiasmo de su trabajo, las horas que le echó y sigue, porque nada es gratis".

López-Fanjul destaca asimismo entre el plantel de obras que se ofrecen en Berlín "un cuadro que está al inicio de la muestra, un Greco de la catedral de Toledo. Es 'la Inmaculada Oballe'. Tiene tres metros y medio y es la segunda vez que sale de España. Estuvo en Japón hace unos años. Fue muy difícil lograr el préstamo y realizar el transporte". También pone en primer plano un paso de Semana Santa del Museo Nacional de Escultura de Valladolid que sale en procesión todos los años "así que a la exposición le aporta entre otras cosas una visión de la funcionalidad de la obra de arte" y destaca también el "Marte" de Velázquez que está en el Prado.

En Londres o París la respuesta del público sería completamente diferente insiste la comisaria, con ciudadanos no tan influidos por los vectores luteranos y ateos como se da en el caso de los berlineses. Además del cuadro "Carlos II en el salón de los espejos" del pintor asturiano Carreño Miranda -superior según López-Fanjul al homónimo y casi idéntico que se custodia en Oviedo- muestran en la exposición sobre el Siglo de Oro otros dos óleos de Carreño el retrato de Mariana de Austria y otro del Infante don Juan José. "Son las estrellas de la sala de los retratos", indica la comisaria. La exposición estará abierta hasta el 30 de octubre y el 25 de noviembre se reabrirá en Munich.

Viene de la página anterior