Es la exposición de arte español en el extranjero más importante de la historia. Y se trata de la muestra extranjera más destacada de cuantas se han ofrecido en Berlín. La comisaria es María López-Fanjul y Díez del Corral, ovetense nacida en Madrid -insiste e insiste en su condición de asturiana- que preparó la exposición durante cuatro años.
La propuesta, titulada "El Siglo de Oro, la era de Velázquez", se abrió al público el pasado día uno en la Gemaeldegalerie de la capital alemana que forma parte del conjunto de los diecisiete Museos Estatales de Berlín. Entre las estrellas que se pueden contemplar figuran tres cuadros del pintor asturiano Carreño Miranda, uno de ellos, el retrato del rey Carlos II, idéntico al del Museo de Bellas Artes de Asturias. En las distintas salas se pueden ver asimismo cuatro cuadros del Greco, tres de Velázquez, cuatro de Zurbarán y otras obras de maestros como Murillo, Alonso Cano o Valdés Leal.
La raíces cuentan. María López-Fanjul y Díez del Corral es hija del carbayón Carlos López-Fanjul, catedrático de genética de la Universidad Complutense de Madrid y "Asturiano del mes" de LA NUEVA ESPAÑA, en septiembre de 2009 y nieta del catedrático, jurista y politólogo riojano Luis Díez del Corral, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1988. La comisaria cuenta 37 años, está casada con un alemán y tiene dos hijos berlineses "que piden agüina no agua así que también son asturianos". Veranean en Ribadesella.
La muestra berlinesa recoge 135 cuadros, en lienzo y tabla, la mayoría óleos, 22 dibujos y esculturas llegados de 60 colecciones públicas y privadas como el Prado, el Metropolitan de Nueva York, el Rijksmuseum de Amsterdam o el Louvre parisimo. También exhibe fondos propios de la pinacoteca berlinesa como el Carreño indicado. Complementariamente y en un espacio contiguo se ofrecen obras de artistas españoles contemporáneos. La Fundación María Cristina Masaveu Peterson ha patrocinado las instalaciones del gijonés Pablo Alonso, la valenciana Anna Talens y el barcelonés Alex Arteaga. La referencia común es el poderoso barroco español, el arte del siglo XVII, desarrollado en Madrid, Toledo y Sevilla y que partía masivamente como la imaginería religiosa en dirección a América. Ya no era la Iglesia la principal demandante de arte, sino la Corona.
"Empecé en este proyecto" comenta María López-Fanjul "hace cuatro años, especialmente por que queríamos enseñar en Alemania el barroco español del XVII que es casi desconocido. Y sobre todo la relación entre pintura, escultura, música y teatro algo que solo se dio en España con gran intensidad. Y el contexto político, económico y social. No solo cuenta la belleza. Hay que explicar por qué Velázquez es tan importante para Felipe IV. Y la relación de los artistas con los comitentes".
Como comenta la propia María López-Fanjul nació "en Madrid y siempre me sentí muy asturiana, la familia de mi padre es de Asturias. Pasamos la vacaciones en Ribadesella desde hace veinte años y antes en el piso de mi abuela en Oviedo". Es licenciada en Historia del Arte por la Complutense y doctora por esa Universidad y la de Florencia.
"Me contrataron hace cuatro años para realizar el discurso expositivo y conceptual. Y durante ese tiempo trabajamos cuatro personas exclusivamente en la preparación de la muestra. Es el proyecto más ambicioso de arte español que se ha hecho hasta ahora en cualquier país. Tiene una extensión de 2.500 metros cuadrados en los que mostramos cronológicamente el desarrollo y evolución de la pintura y de la escultura en España desde el inicio del XVII hasta el final. Y nos centramos también en temas concretos como el retrato y la relación puntual entre la pintura y escultura. O el dibujo, hemos publicado por primera vez la colección de dibujo barroco español de los Museo de Berlín y, claro, se ofrece en la exposición".
Los cuadros están dispuestos para facilitar las comparaciones entre las diferentes regiones españolas de una forma sincrónica: obra de talleres de Sevilla, Valencia y Castilla aparecen contrastadas en tres momentos del siglo. "Ponemos unos cuadros frente a otros y así se ve a Zurbarán ante Velázquez que, por cierto eran muy buenos amigos aunque sea un dato apenas conocido. Fue a la corte de Madrid varias veces por indicación de Velázquez. Es importante considerar esos contextos".
