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El Vaticano quiere volver a las misas celebradas de espaldas a los fieles

El cardenal Robert Sarah, prefecto del Culto, intenta reforzar el carácter mistérico de la eucaristía frente al asamblearismo propio del Concilio

José Antonio Montoto. J. N.

Otra vez de espaldas a los fieles. El Vaticano quiere recuperar aspectos litúrgicos que estaban en desuso o sencillamente fuera de las normas como, por ejemplo, que los sacerdotes digan la misa vueltos hacia el altar. La novedad que es realmente un regreso a estilos del pasado tiene un sentido místico frente a la forma, ahora habitual, más asamblearia. Hasta la reforma realizada por el Concilio Vaticano II las misas se oficiaban siempre con el celebrante de cara al altar que estaba unido al retablo.

El cardenal Robert Sarah ha abierto el debate o mejor dicho ha ido más lejos aún porque su recomendación es que se lleve a cabo la nueva norma a partir del próximo mes de noviembre, a partir del primer domingo de Adviento. Sarah es el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y por lo tanto la máxima autoridad en esa materia.

El purpurado que participaba en Londres en la apertura de un congreso sobre Sacra Liturgia afirmó que "es muy importante que volvamos tan pronto como sea posible a una orientación común, de los sacerdotes y los fieles, todos en la misma dirección: hacia el oriente o al menos hacia el tabernáculo". Hacia Jerusalén, claro.

Cuando un sacerdote celebra la Misa Ad Orientem, en ciertas partes de la eucaristía mira de frente hacia el "Este litúrgico", es decir hacia el altar y de espaldas a la congregación que asiste a la celebración. Lo habitual es que celebre de cara al pueblo, o versus populum. Es la práctica extendida en la forma ordinaria del sacrificio de la misa.

La propuesta del cardenal Sarah que no es oficial aunque su alta autoridad indica por dónde van a transcurrir las cosas casi de inmediato, supone una importante modificación desde que el Papa Benedicto XVI decidió aceptar la forma extraordinaria -en latín y Ad Orientem- con el motu proprio Summorum Pontificum fechado en julio de 2007.

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos pidió prudencia a la hora de abordar la modificación. "Queridos sacerdotes, les pido que implementen esta práctica en donde sea posible, con prudencia y con la necesaria catequesis, ciertamente, pero también con la confianza de pastor de que esto es algo bueno para la Iglesia, algo bueno para las personas", indicó el purpurado, nacido en Guinea hace 71 años. Propuso que comiencen los cambios "el primer Domingo de Adviento de este año, cuando esperamos al Señor que viene y que no tardará". Corresponde al 27 de noviembre.

Durante la conferencia celebrado en la capital británica el cardenal Sarah explicó que el Papa le había pedido comenzar un estudio sobre "la reforma de la reforma" para adaptar los cambios litúrgicos del Concilio Vaticano II, y que este estudio busca "el enriquecimiento las dos formas del rito romano: la ordinaria y la extraordinaria".

José Antonio González Montoto, párroco de Santo Tomás de Cantorbery, en Avilés, explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que "se trataría de acentuar la dimensión mistérica de la liturgia. El protagonismo es, claro, de Jesucristo, y así, mirando a oriente, se dirige más claramente, por así decir, el sacrificio hacia el Padre. De todos modos la forma asamblearia que sale del Concilio creo que es irreversible".

El pasado mes de mayo el cardenal Sarah ya había indicado que "el mejor medio para que Dios sea el centro de la liturgia es celebrar todos, sacerdote y fieles, en la misma dirección. Todos mirando hacia el Señor que viene. No se trata, como se entiende a veces, de celebrar de espaldas al pueblo o mirándolo. El problema no es ese. La idea es mirar todos juntos hacia el ábside que simboliza el oriente donde está el trono de la cruz del Señor resucitado", indicó. "Con esta manera de celebrar la misa" añadió "experimentaremos, también con el cuerpo, la primacía de Dios y de la adoración. Comprenderemos que la liturgia se trata en principio de nuestra participación en el sacrificio perfecto de la cruz".

Por su parte Antonio Gómez Haces, sacerdote de la prelatura del Opus Dei, indicó que "las dos fórmulas son válidas y vigentes. En algunos sitios se alternan. No deja de ser interesante que uno de los altares más conocidos de Asturias, el de la Santa Cueva de Covadonga, se diga misa de espaldas. Como en casi todo lo que cuenta es la libertad. En cada caso decide el sacerdote y la asamblea de fieles".

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