El Papa Francisco pidió a los jóvenes que crean en un "nuevo mundo sin odios o fronteras como barreras" en su homilía en la misa de clausura de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se ha celebrado en Cracovia.

En la espectacular explanada bautizada como Campo de la Misericordia, y ante cerca de dos millones de jóvenes que pasaron toda la noche allí, Francisco les animó a defender "una nueva Humanidad".

Les pidió que no hagan caso de quien se pueda reír de ellos por creer "en una nueva Humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos ni ve las fronteras de los países como una barrera, y custodia las propias tradiciones sin egoísmo ni resentimiento".

También los exhortó a luchar pacíficamente por la honestidad y la justicia.

En la homilía, Francisco utilizó un lenguaje coloquial, repleto de guiños a las nuevas formas de comunicación y al estilo de vida de la llamada generación "millennials" (nacidos entre 1980 y 2000), para que su mensaje les llegase mejor.

Comenzó poniendo el ejemplo de Zaqueo, el "rico colaborador de los odiados ocupantes romanos, cuyo encuentro con Jesús cambió su vida" y de los obstáculos que tuvo que pasar.

Les habló de la autoestima y del peligro de "no sentirse a la altura" y tener "una baja consideración de nosotros mismos", y que "no sólo tiene que ver con la autoestima, sino que afecta también la fe".

"¡Tú eres importante! Y Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes: ante él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio", les animó.

Y les recordó que Dios está siempre de su parte, "como el más acérrimo de los 'hinchas'".

También les habló de la necesidad de superar "la vergüenza" y de acercarse a Dios como cuando "una persona se siente tan atraída por otra que se enamora: entonces sucede que se hacen de buena gana cosas que nunca se habrían hecho".

"Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple mensajito", afirmó.

Otro de los consejos de Jorge Bergoglio a los jóvenes fue decir un "no" fuerte "al dopaje del éxito a cualquier precio y a la droga de pensar sólo en uno mismo y en la propia comodidad". También les instó a que "entre tantos contactos y chats cada día", le puedan dedicar tiempo a la oración y les pidió que el Evangelio se convierta en el "navegador" del camino de sus vidas. Tras esta misa que puso fin a la JMJ de Cracovia, a la que acudieron unos dos millones de jóvenes, Francisco regresará esta tarde a Roma, después de saludar a los voluntarios en el estadio Tauron Arena, informa la agencia "Efe".

Para la delegación asturiana fue una experiencia muy buena por el mensaje del Papa y también por la convivencia que se crea entre jóvenes de todo el mundo. Sergio Martínez Mendaro, párroco de Pola de Siero y próximo rector del Seminario diocesano de Oviedo, habló con LA NUEVA ESPAÑA mientras el autobús en el que viajaba estaba camino de Varsovia, aunque, debido a las medidas de seguridad, aún a la altura de Cracovia por la lentitud de la circulación.

El párroco dijo que estaban muy cansados tras la misa del Campo de la Misericordia: "Nos quedamos esta mañana para la misa. El mensaje del Papa fue muy directo, muy claro y muy bien enfocado hacia los jóvenes". Por cierto, añade, "donde dormimos pasó el Papa con el "Papamóvil". Lo vimos a diez metros. Los chavales estaban muy contentos viendo al Papa dando bendiciones y saludando a la gente", cuenta el próximo rector del Seminario. La expedición la formaban chicos entre 16 y 19 años y de varios puntos de la geografía asturiana. Cuenta el padre Sergio Martínez una anécdota que define el compañerismo que hubo en este encuentro mundial. "Un grupo que llegó tarde estaba agobiado porque no sabían dónde podían comer. Los oyeron unos italianos y toda la gente de alrededor empezó a darles comida. Es que es un espíritu de entendimiento para solucionar cualquier problema", matizó. E insistió en que el mensaje del Papa a los jóvenes es muy bueno porque "ellos se emocionan al ver que los valora como tal".