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La deficiente conservación del patrimonio prehistórico de la región

Matorral, basura y un acceso endiablado lleno de baches

Visitar los dólmenes del Monte Areo puede convertirse en una auténtica odisea, como muestran las fotos de la derecha: los accesos a la mayor necrópolis del norte de España están llenos de baches y de maleza. El deterioro llega también a las áreas dolménicas, que están tomadas completamente por la maleza. De hecho, los matorrales ya crecen en el interior de los cofres megalíticos. El área recreativa del Areo tampoco se libra de la dejadez de las administraciones, con la basura esparcida desde hace días por el verde. A todo ello hay que sumar las dificultades para llegar o salir de los dólmenes en coche, debido a la escasez de señalización.

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