La comunidad de gaiteros asturianos lo tiene claro: tocar la gaita no tiene ningún riesgo grave para la salud y consideran un hecho "rarísimo" el fallecimiento de un músico escocés, a los 61 años por inhalar unos hongos que previamente se habían formado en su instrumento y que le provocaron daños pulmonares, lo que "se hubiese evitado con una buena limpieza de los componentes". Con estas declaraciones, los gaiteros del Principado de Asturias expresan su opinión sobre los problemas derivados de su profesión que, como señalan, lejos de provocar una muerte, como mucho "genera tensiones musculares o problemas auditivos".

El director de la Banda de Gaitas de la Ciudad de Oviedo, José Manuel Fernández Gutiérrez "Guti", cuenta que en sus 40 años de experiencia como músico jamás había escuchado nada similar: "Nunca tuve ninguna enfermedad y mira que toqué gaitas, tanto mías como de alumnos. Lo del escocés que murió de hongos me parece rarísimo, debió coger una gaita que llevaba años sin tocar porque por el aire que entra al instrumento lo va regenerando". Además, bromea que "el problema es que en Escocia están a whisky y no beben sidra y así no hay manera de que la gaita funcione". En la misma línea opina el gaitero Xuacu Amieva, que jamás tuvo ninguna enfermedad por su "salud de hierro". No obstante, Amieva explica que en ocasiones padeció alguna tensión por estar horas tocando pero "nada grave". Además, el músico asturiano va más allá y expone una posible hipótesis ante la enfermedad del gaitero fallecido: "Tradicionalmente los fuelles eran de piel cubierta y no entraban hongos, igual en las nuevas de gore-tex tienen ese problema".

En Asturias, la gaita es junto con la sidra, la naturaleza y la fabada, un símbolo de la región. Por ello, los profesionales del sector consideran que la enfermedad detectada al escocés de 61 años y que ya ha sido catalogada como "Pulmón de gaita" tiene fácil solución: una buena limpieza. Para el ovetense Jesús Fernández, ganador del último trofeo de gaita McCrimmon en el Festival de Lorient, se debe realizar una estricta labor de mantenimiento de los componentes para evitar posibles enfermedades: "El tema de la saliva es muy delicado y como en todos los instrumentos de viento donde se implica el aparato respiratorio es necesario una serie de cuidados". Además, el gaitero cuenta que su única molestia a raíz de la música fue una tendinitis por tocar la batería, pero lo que es la gaita nunca le causó ningún problema.

Por su parte, el maestro y artesano de gaitas, Vicente Prado Suárez "El Pravianu", considera la muerte del músico escocés como un caso excepcional: "Lo más importante es limpiar el soplete para que no se acumule la saliva. Como en todo instrumento la higiene es necesaria, pero lo de que alguien coja una enfermedad por tocar la gaita ye la primera vez que lo escucho". Para "El Pravianu", la práctica de la gaita es muy beneficiosa, de hecho, y tal como explica "los médicos lo recomiendan". A esta opinión se suma Iñaki Santianes, otro referente inequívoco de la pipa asturiana, que explica: "La gaita se utiliza para corregir defectos vocales, pero es muy importante corregir la postura y controlar la respiración para no coger vicios que puedan acabar en problemas vocales, de hombro, brazos, espalda o respiratorios a la larga".

Para Alberto Varillas su gran pasión, la gaita, le ha acarreado una pérdida de su capacidad auditiva. El motivo es que durante 20 años estuvo impartiendo clases entre cinco y seis horas diarias: "Tengo el 10% de los niveles de audición agudos quemados. Pero desde que me enteré hasta ahora he estado usando tapones y no he empeorado". Por ello, Varillas matiza las opiniones de sus compañeros: "La gaita es buena pero usando protecciones porque es un instrumento con un sonido constante". Además, recalca que el caso del escocés fallecido es un hecho aislado: "Hay miles de gaiteros por el mundo y es el primero que muere". Lo mismo piensa Diego Pangua, que empezó a tocar hace 19 años y el mayor problema para él es "trasnochar y la alteración de los ciclos del sueño". Por lo demás, son todo beneficios: "Nunca tuve ningún problema de salud", sentencia.