Aylan, el niño de 3 años cuya fotografía muerto a la orilla de una playa turca dio la vuelta al mundo en el pasado mes de septiembre, queda inmortalizado en las paredes de una iglesia románica asturiana, la de Navelgas, "un grito" multicolor de justicia obra del artista asturiano Manuel García Linares (Navelgas, Tineo, 1943).
La idea de realizar unas pinturas murales en la pequeña capilla lateral de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en la iglesia de Navelgas, le rondaba al pintor y escultor Linares desde hace tiempo. Linares se subió al andamio en pleno verano y plasmó, pinceles en mano, aquella vieja idea en apenas mes y medio. La actualidad, negra y convulsa de este mundo en alerta, le sirvió de inspiración.
Virgen cubana
La obra será oficialmente inaugurada mañana, 31 de agosto, en una misa solemne a las doce del mediodía, con asistencia del Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz. Son unos cien metros cuadrados de pintura mural que llena el zócalo, los arcos y la bóveda de esa capilla dedicada a una Virgen por la que en Navelgas se tiene una especial predilección.
Una Virgen cubana, si es que vale poner nacionalidad a las imágenes sagradas. La actual imagen fue traída desde Cuba después de la Guerra Civil, ya que la contienda se había llevado por delante la primitiva.
La escena mural representa el naufragio de una patera en medio de un mar embravecido. Una escena que a juicio de Manuel Linares recuerda también el éxodo español en otras épocas. "El emigrante lo es siempre por necesidad, por hambre o por guerras. Nos ocurrió a nosotros en otro tiempo y le está pasando a mucha otra gente ahora". Linares está sorprendido de la repercusión que está teniendo su obra. "Está pasando por la iglesia muchísima gente, esto parece Lourdes", comenta.
Para los cubanos la Virgen de la Caridad del Cobre está por encima de ideologías e, incluso, de creencias. "Es como una bandera, un símbolo, lo mismo que la Santina para los asturianos", señala el artista tinetense. Del occidente astur salieron miles de emigrantes hacia Cuba, principalmente, convertido en país de acogida. La presencia de la imagen en la iglesia románica de Navelgas no es, pues, fruto de la casualidad. La historia de la primitiva imagen es muy parecida a la del Cristo de Candás: una talla encontrada flotando en el mar por unos marineros en medio de una tempestad.
"La gente se sorprende de que en la pintura mural la Virgen sea muy pequeña. Bueno, yo siempre digo que cuando miras al cielo también vemos pequeñas a las estrellas", reflexiona.
El arte como mensaje, en este caso crudo. "Ojalá seamos capaces de despertar a la caridad y a la justicia", señala García Linares, en un mundo en el que unos toman el sol vacacional en las mismas playas a las que llegan cadáveres.
