Nueva alerta sanitaria en España por una enfermedad exótica que es la primera vez que se manifiesta en Europa Occidental y que se transmite a través de la picadura de la garrapata. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) se cobró la vida de un hombre de 62 años en el hospital Gregorio Marañón de Madrid el pasado 25 de agosto. Le habría picado una garrapata durante una excursión por la sierra de Gredos (Ávila). Además, una de las enfermeras que atendió a este paciente está aislada en el Hospital de La Paz con pronóstico reservado y evolución "ligeramente a mejor". Este virus tiene una tasa de letalidad entre el 10% y el 40%. En la Comunidad de Madrid hay 200 personas bajo seguimiento por haber estado en contacto con los dos infectados.

El virus se transmite principalmente a las personas desde garrapatas y animales de granja. De humano a humano la transmisión puede ocurrir como resultado de un estrecho contacto con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos corporales de personas infectadas, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca que actualmente no hay vacuna ni para animales ni para personas. La FHCC se trata de una enfermedad endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia. Se identificó por primera vez en 1944 en la guerra de Crimea y por eso se le dio el nombre de fiebre hemorrágica de Crimea. En 1969 se descubrió que el mismo organismo causó una enfermedad en el Congo en 1956. La conexión con ambos lugares resultó en el nombre actual. En 2011, el Ministerio de Sanidad ya elaboró un informe para evaluar el riesgo de transmisión de FHCC tras el hallazgo de garrapatas en Castilla y León que podían causar la enfermedad.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, aseguró que "no hay motivo de alarma en absoluto y manifestó que no tiene nada que ver con la situación creada con el ébola.

Por su parte, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, destacó el bajo riesgo de contagio que existe en España de la FHCC, puesto que solo los profesionales sanitarios que tratan a la paciente aislada en el Hospital Carlos III de Madrid podrían entrar en contacto con secreciones o fluidos contaminados. "Debemos tener la cabeza fría y no empezar a generar películas. Las garrapatas son bichos desagradables que pueden generar mucha imaginación pero los riesgos a los que nos enfrentamos son mínimos y, aunque puede suceder que aparezca algún otro caso, los mecanismos para identificarlo, tratarlo y notificarlo están implementados y es difícil que suponga un problema para la salud pública", aseguró.

Sobre posibles contagios explicó que el principal grupo de riesgo en España es el grupo de profesionales sanitarios que puedan entrar en contacto con grandes cantidades de secreciones o fluidos de la paciente, que permanece ingresada en una unidad de alto nivel de aislamiento en el Carlos III. "El riesgo es para aquellos que estén en contacto directo con fluidos o sangre del paciente en estados muy avanzados de la enfermedad, no se puede transmitir en estadios más leves, esto hace que el único grupo de riesgo ahora mismo son los profesionales sanitarios que están en contacto con la paciente, pero todos están usando equipos de protección personal, por lo que el riesgo es bajo", según Simón.

Asimismo, el riesgo sería "mucho más bajo" para aquellos familiares u otras personas que pudieran haber estado en contacto con ambos pacientes, unos 200 que están en seguimiento por si aparecen síntomas.

Por otro lado, el riesgo de nuevas picaduras de garrapata infectadas por el virus es también poco probable, según este experto, ya que en España no se habían detectado garrapatas infectadas hasta el año 2011 en Extremadura, que probablemente llegaron a través de aves migratorias procedentes de África, donde es endémica.

De hecho, actualmente entienden que el riesgo es bajo y se limitaría a zonas rurales muy concretas de Extremadura y Castilla y León (donde parece haberse infectado el paciente ya fallecido).

No obstante, Simón recomienda que las personas expuestas a garrapatas en zonas silvestres o de ganado extremen las precauciones para ser picados, con medidas sencillas como usar ropa de manga larga y los repelentes habituales. Y cuando se vuelva del paseo, revisar que no haya una garrapata adherida. "Las garrapatas no están en cualquier sitio rural, están en zonas muy rurales con animales, aves o ganado. No están en un pueblo", ha insistido.

Los síntomas de esta enfermedad comienzan de manera súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia. También puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable. Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad. En los casos que no se recuperan, la muerte sobreviene durante la segunda semana y, entre quienes la superan, la mejoría comienza a los diez días.