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Un camino entre pucheros

Fabes con marisco al aire libre

Manuela Macando está al frente de la casa de comidas El Pinalín, en La Roda (Tapia de Casariego), donde tienen fama su tortilla con pisto y las cebollas rellenas

Septiembre promete convertirse en un mes maravilloso. Con buen tiempo y con algo menos de turismo, al concentrarse en julio y agosto, este mes es todo un lujo para disfrutar de Asturias con unas temperaturas más templadas. Buen tiempo, rincones únicos por descubrir y buena comida para compartir con gente querida es una sabia combinación para los que gustan de disfrutar de los placeres sencillos de la vida.

Para los que comer al aire libre y en el campo es una gozada, una buena opción es acercarse hasta Tapia de Casariego, sabía combinación de mar, monte y praderías, y dirigir sus pasos hacia la localidad de La Roda o A Roda, como dicen allí.

A pocos metros de la entrada a este pueblo hay una desviación a la izquierda que lleva, por un camino arbolado, hasta la casa de comidas El Pinalín, cuya llegada ya sorprende por la amplitud de la zona de terraza y un enorme prao donde los niños pueden moverse a sus anchas.

Al frente del local está una mujer incombustible y que es pura energía, Manuela Macando Suárez, quien regenta este local desde hace seis años, momento en que se jubiló su madre, Balbina.

"Mis padres, Macando y Balbina, tuvieron en Oviedo el restaurante-marisquería Macando varios años. En 1979 decidieron abrir en la finca de El Pinalín, nombre de esta casa de comidas, en principio un lugar con merendero privado para ofertar sus especialidades y que la gente pudiera comerlas al aire libre, en el prao. En eso fuimos pioneros. Tortilla, cebollas rellenas, chorizo y tortilla al ron era lo que se hacía al principio. Tuvieron tanto éxito que con los años y poco a poco se fue ampliando, siendo la última reforma y más profunda la que hicimos en 2002", recuerda esta mujer enamorada de la cocina ya desde niña y que dice haber crecido entre fogones. "Me encanta cocinar, siempre me gustó. He tenido otras profesiones, pero la cocina es pura vocación, disfruto enormemente en ella".

El Pinalín tiene un comedor interior muy agradable, decorado con estilo rústico. En el exterior triunfa sin duda la zona del emparrado, donde hay varias mesas, además de otras en el prao. No hay menú y lo que se elige son tapas y elaboraciones para compartir. Entre las que más fama tienen están la tortilla "Pinalín" que lleva pisto, las cebollas rellenas, el pastel de puerros al cabrales, los champiñones con picadillo al cabrales, arroz con almejas, fabada asturiana, fabes con marisco o fabes con almejas. Muy rico es también el rollo de bonito o el codillo asado con patatas. Hay también callos caseros, bonito a la plancha, entrecot de ternera roxa asturiana y chorizos a la sidra, por citar otros platos. En postres, el imprescindible es la tortilla al ron, su especialidad. Y todo con materia prima de la zona, según matiza la propia Manuela.

El Pinalín abre a partir de Semana Santa todos los fines de semana hasta julio y agosto, cuando abre todos los días; en septiembre también lo hace hasta el día 8, fecha a partir de la cual abre sólo en fin de semana, para cerrar a partir del puente del Pilar, 12 de octubre. Si bien es cierto que, por encargo y a partir de veinte comensales, organiza y prepara todo tipo de comidas y cenas todo el año. En fin de semana es conveniente reservar en los teléfonos 607361921 y 985628721.

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