Ramón Rodríguez, presidente del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), indicó que no podía decir más que "cosas buenas" de José Ignacio Gracia Noriega, a quien le unía una gran amistad desde los años setenta del siglo pasado. "Era un gran escritor, un magnífico columnista y un mejor amigo; un hombre apasionado que defendió sus ideas con absoluta libertad, un hombre totalmente libre, que deja un vacío muy grande a los amigos. Como a mí", señaló Rodríguez.

Desde el sector gastronómico también hubo palabras de reconocimiento hacia el escritor llanisco, amante de la buena mesa y destacado crítico culinario. José Luis Álvarez, presidente de "Otea, Hostelería y Turismo en Asturias", destacó que con Gracia Noriega se va un "certero cronista" de la gastronomía asturiana. A juicio del presidente de la patronal hostelera, el escritor llanisco fallecido era "un sabio de la cultura popular de los fogones, de las tradiciones gastronómicas del Principado, que las contó como nadie", un "defensor de lo auténtico, de los buenos potajes, de las comidas con fundamento, pero con un elemento que lo distinguía, siempre sustentado en una sólida base histórica", resaltó. En su opinión, la historia de la gastronomía asturiana ha perdido "a un gran valedor y por eso hoy la familia hostelera está triste y quiere recordarlo con cariño".

El economista Juan Velarde aseguró que Gracia Noriega contaba con el respaldo de "una erudición extraordinaria", tanto en materia cultural como política, histórica, social o lingüística. "Discrepar de él costaba", señaló. Además, el escritor llanisco estuvo siempre "muy vinculado con los problemas concretos de Asturias, al tanto de todo". Velarde destacó que a Gracia Noriega le encantaba "el ambiente de Asturias. Le pregunté alguna vez por qué no emigraba a Madrid, y siempre me contestaba '¡De ninguna manera! Era feliz con Covi (su viuda), con las tertulias, discrepando, hablando puntualizando, con sus gatos... en Asturias", señaló Velarde, quien calificó a su amigo como "un asturiano de primerísima categoría". Y "amigo de sus amigos".

Como ejemplo, puso que le pidió que participara en los encuentros de La Granda para hablar de Shakespeare. "Yo no sabía que estaba enfermo. Pese a ello, vino. Eso solo lo hace un amigo", resaltó Velarde.

El profesor Germán Ojeda apuntó que se conocían desde niños. "Coincidimos en la batalla contra el plan urbanístico y las políticas especulativas del gran (Antonio) Trevín y sus cuates", señaló, que destacó que tenían "en común" su "amor por Llanes" y su "lucha por proteger su patrimonio natural, que es el primer recurso económico del concejo". El economista y amigo de Ignacio Gracia Noriega añadió que en Llanes, concejo natal del escritos fallecido, hubo gente que "no supo valorar" el amor de Gracia Noriega por aquella tierra, "ni su compromiso con su mejor futuro". Ojeda también quiso resaltar de aquel episodio su "amarga marcha de Llanes", pese a lo cual "estuvo muy a gusto" tras asentarse en Piloña. Ojeda calificó de "admirable" la capacidad de trabajo del escritor, al que calificó de "amigo de sus amigos. No pensábamos lo mismo, pero siempre estuvimos a gusto juntos", añadió. Germán Ojeda destacó que Gracia Noriega "amaba la vida", "defendía aquello en lo que creía" y nunca fue "ni un oportunista, ni un situacionista". Destacó entre los valores que le honran su "coherencia", su "dignidad" y el "amor a su tierra". Su fallecimiento significa "una pérdida importante" para Asturias, concluyó el profesor de Historia Económica.

El exalcalde de Oviedo Antonio Masip, compañero de colegio en los Dominicos de Oviedo -iglesia en la cual se celebrará el funeral de Gracia Noriega- recordó en su blog la figura del escritor llanisco y su vertiente de polemista incansable. "No sólo era mi amigo, al que iba a visitar en el HUCA esta misma mañana (la de ayer), sino que le debo una parte esencial de mi cultura, que es tanto como decir de mi felicidad intelectual. No sé por qué extraños vericuetos tenía en su habitación de alumno interno de Los Dominicos publicaciones de las editoriales de Losada y Sudamericana que me sirvieron de alimento a contra corriente de la inclemencia cultural", indicó Masip. "Aquellos libros suyos, que completaba por mi parte con la increíble biblioteca de mi padre, insólita para un alcalde nombrado por Franco, me revelaron un mundo nuevo en el que sigo viviendo", escribió el exregidor ovetense, emocionado al recordar cómo con 15 años Gracia Noriega le introdujo "en Faulkner, Camus, Joyce, Steinbeck y varios más".