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De médico deportivo a "doctor oro"

El vertiginoso ascenso de Víctor Madera, un facultativo y empresario ovetense que acaba de embolsarse 400 millones en una compraventa de hospitales privados

De médico deportivo a "doctor oro"

En la vida de algunas personas se producen puntos de inflexión que determinan toda una biografía. Dos momentos dan una idea precisa del vertiginoso ascenso del médico y empresario ovetense Víctor Manuel Madera Núñez. El primero, en 1997: le ofrecieron ser gerente del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El segundo momento, a principios de esta misma semana: gracias a una operación empresarial se ha embolsado 400 millones de euros. Así, de una tacada. Dicho de otro modo, en este momento Víctor Madera estaría en condiciones no ya de dirigir el HUCA, sino casi de comprarlo (el coste de construir, equipar y urbanizar el complejo sanitario de La Cadellada rondó los 500 millones). Obviamente, a día de hoy es impensable que nadie pueda adquirir el HUCA, pero valga esta consideración para aproximarse a la magnitud del golpe de mano que acaba de dar Madera.

Definamos las coordenadas básicas de la operación. Víctor Madera se dedica principalmente a la sanidad privada. Era consejero delegado de Quirónsalud, el grupo hospitalario más importante de España. El pasado lunes, se hizo público que este conglomerado ha sido comprado por el gigante sanitario alemán Fresenius a través de su corporación Helios. El montante global de la operación asciende a 5.760 millones de euros, lo que nos sitúa ante la mayor transacción realizada en España en lo que va de año.

¿Qué es Quirónsalud? Un conglomerado de 43 hospitales, 39 centros de día y más de 300 centros de prevención de riesgos laborales en toda España. Su oferta, superior a 6.200 camas, incluye centros como la Fundación Jiménez Díaz, Rúber, Hospital La Luz, Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Teknon, Dexeus, Hospital Quirónsalud Barcelona, Policlínica de Gipuzkoa...

Acerca de la repercusión de la operación sobre la persona de Víctor Madera se saben tres cosas. La primera, que el acuerdo prevé mantener ambas marcas, Quirónsalud en España y Helios en Alemania, y que Víctor Madera continuará siendo consejero delegado del grupo español, cuyo principal cometido será "dirigir los proyectos para Latinoamérica". La segunda, que Madera recibirá 400 millones de euros en forma de 6,1 millones de acciones de Fresenius. Y, la tercera, que el médico ovetense se ha comprometido a mantener estas acciones en su poder durante al menos dos años.

Pocas cosas han sido publicadas sobre la faceta personal de Víctor Madera. Su impacto mediático es, al menos a priori, el propio de una persona discreta. Se sabe que nació en Oviedo en 1961. Que se especializó en medicina deportiva en Oviedo. Que en Estados Unidos se formó en materia de gestión y, en particular, de calidad. Que forma parte de la primera promoción del máster en Dirección y Gestión de Instituciones Sanitarias, impartido en la Escuela Nacional de Sanidad. Que también realizó un máster del IESE. Que está casado con una ovetense, con la que tiene cuatro hijas. Que en 1997 se le ofreció dirigir el HUCA y rechazó esta oferta. Que ha gestionado centros de Cruz Roja...

También se conoce un dato que, por razones diversas -unas, fruto de los hechos; otras, fruto de las ensoñaciones-, genera un morbo más que notable: en algunos de sus negocios tiene como socio al abogado allerano Celso González García, quien antaño fuera el accionista mayoritario del Real Oviedo. Aquí tenemos un caldo de cultivo idóneo para la indagación en los registros mercantiles y también para el fantaseo de los curiosos. "Ponéis a Víctor Madera en el medio de la operación de Quirón y el que realmente está en el medio es Celso González", comentaba a LA NUEVA ESPAÑA hace pocos días un político asturiano con cierto olfato. Habrá que ver si esta advertencia debe ser colocada en el cajetín del rigor o en el de la ciencia-ficción. Una persona próxima a Víctor Madera rechaza de plano, también en declaraciones a este periódico, que quepa atribuir a Celso González un papel preponderante en la "operación Fresenius".

"Víctor Madera era una persona muy trabajadora, muy activa y sospecho que muy inteligente", indica Benjamín Fernández, profesor e integrante del servicio de Medicina del Deporte de la Universidad de Oviedo. Fernández fue compañero de Madera en la primera promoción de la Escuela de Medicina del Deporte de la Universidad de Oviedo, que inició su actividad en 1987. "Éramos un grupo de gente muy interesada en la medicina deportiva, por eso el ambiente entre nosotros era muy bueno", subraya Benjamín Fernández, quien recuerda que ya en aquel momento Víctor Madera le habló de su interés por la gestión sanitaria.

A juzgar por los resultados, el interés de Víctor Madera por la gestión sanitaria se vio acompañado de un incuestionable talento para su desarrollo. La venta de Quirónsalud al gigante alemán es el colofón a una serie de movimientos que han ido encumbrando al médico y empresario ovetense. Su aventura empresarial comenzó a mediados de los noventa en Castilla-La Mancha, en una clínica gestionada por un matrimonio de médicos: el Centro de Diagnóstico Recoletas. El tiempo fue dando lugar a fusiones, compras y ventas, y de todos esos procesos -algunos de notable complejidad- salió bien parado. El doctor Madera ha sabido sacar provecho de las listas de espera y de los procesos externalizadores de la sanidad pública.

Quirónsalud había sido el resultado de la fusión, ejecutada a mediados de 2014, de IDC Salud, propiedad del fondo británico CVC, y del Grupo Quirón, que pertenecía a la familia de Publio Cordón (secuestrado en 199 5 por los Grapo y presuntamente fallecido al intentar escapar). Con la nueva transacción culminada días atrás, surge un grupo con más de 100.000 empleados y 155 centros sanitarios. Fresenius y su rama de salud, Helios Kliniken, se convertirán en el primer grupo de este sector en Europa y el segundo del mundo. La operación está sujeta a la aprobación de las autoridades de competencia.

Curiosamente, Asturias es una de las pocas comunidades autónomas en las que el conglomerado sanitario de Víctor Madera no tiene presencia. Sin embargo, en su equipo han trabajado dos de los mejores gestores asturianos del ámbito sanitario: Elena Arias, ex gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa) (2007-2011), quien trabajó en el grupo Capio-IDC a las órdenes de Víctor Madera durante casi diez años en dos etapas distintas, una antes y otra después de dirigir el Sespa; y Mario González, ex gerente del HUCA.

En diversas ocasiones, Víctor Madera ha sido denominado "ministro de Sanidad en la sombra", debido a su influencia en el sector. Asimismo, se le ha considerado el principal beneficiario de buena parte de las medidas privatizadoras de la gestión del sistema sanitario público. Unos definen a Víctor Madera como más cercano al PSOE y otros como más próximo al PP. Los hechos parecen atestiguar que sabe torear con gran arte en plazas de todo el espectro político. Por su parte, Madera se autodefine como un defensor convencido de la sanidad pública.

Los asturianos que conocen a Víctor Madera elogian su modo de ser y de trabajar. "Es hiperlisto e hipertenaz, no ha llegado a donde está por casualidad, sino porque se lo ha trabajado y porque las ve venir", señala uno de ellos. "Yo he mantenido con Víctor una relación muy buena porque es una persona accesible, que asume sus compromisos, que escucha y que si le planteas algo te escucha, lo reflexiona y te da una respuesta", subraya Elena Arias, quien enfatiza que Madera "tiene valores que se agradecen mucho en alguien con el que tienes que trabajar codo con codo. Nunca me ha sucedido que en algo que acordáramos, o en iniciativas que yo tuviera, surgiera por su parte algún tipo de desautorización o de problema".

"Víctor es un trabajador incansable. Todo lo que tiene lo ha sacado de su cabeza y de sus codos", subraya Juan José Fernández, quien fue nombrado gerente del HUCA después de que Madera rechazase este cargo. Lo curioso del caso es que Juan José Fernández es tío de la esposa de Madera, o sea, tío político de quien era su rival para la gerencia. "Eso de hacerse a uno mismo es una frase manida, pero en el caso de Víctor Madera es verdad. Además, es un hombre muy normal y muy cordial", afirma Juan José Fernández.

Entre sus variadas facetas, Víctor Madera es un apasionado recuperador del patrimonio histórico. Desde 2011, la empresa Paisajes de Asturias, en la que figura como administrador único, ha ido haciéndose con la propiedad de diversos palacios, en el Principado y en otros lugares. En este elenco figuran el palacio del Cercáu de Llanes, tres edificios en el concejo de Castropol (las Torres de Donlebún, en Barres; el palacio de Trenor, en Figueras, y palacio del Marqués de Santa Cruz, en el centro de la capital castropolense), el palacio Villa Excelsior de Luarca (Valdés) y el palacio de los Duques de Estrada, conocido como "la Bombilla", también en Llanes. Algunos los adquirió cuando estaban en ruinas. Ha pasado los últimos veranos en Castropol, en el palacio del Marqués de Santa Cruz, conocido por algunos como Palacio de Loriente.

Habrá que prestar mucha atención a los próximos movimientos de Víctor Madera. Una cosa es segura: ya no será nombrado gerente del HUCA. Otra muy probable: pronto tendrá suficiente dinero -quizá lo tenga ya- para comprar el hospital de La Cadellada. Pero, salvo catástrofe del sistema sanitario público, sus intereses discurrirán por otros cauces que será necesario reseñar.

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