La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

GOYO RODRÍGUEZ | Ilustrador

"Oviedo, Gijón y Avilés tan cerca es calidad de vida; con empleo, Asturias sí sería el paraíso"

"Los ilustradores cobramos lo mismo o menos que hace quince años; ahora hay que trabajar más para sobrevivir"

Goyo Rodríguez, en un paso de cebra de Candás. JUAN PLAZA

En septiembre, el ilustrador Goyo Rodríguez (Burgos, 1975) vuelve al colegio... del año próximo porque las editoriales de libros escolares trabajan con esa antelación. También volverá a dar clases en la Escuela superior de Arte del Principado de Asturias, en Avilés, como profesor especialista, una plaza que desaparece el próximo curso.

-Les doy clase de lo que van a encontrar cuando acaben, cómo tratar con los clientes y enfrentarse a proyectos reales.

-¿Los anima o los deprime?

-Les digo que hay que trabajar duro, porque creen que van a poder alimentarse sólo con los "me gusta" de las redes sociales. Como a todos, las redes sociales les confunden y les aclaro que la relación cara a cara, sin pantalla, es muy interesante. También les hablo del carácter social de lo que hacemos, que creamos cosas y podemos vender ética.

-"Conceptraciones", su blog con 600 ilustraciones, da una visión brillante de la actualidad.

-Para mi salud mental. Trabajo el libro infantil, cuentos, y el choque con el telediario es muy potente. Me he impuesto una ilustración de prensa durante una hora al iniciar el día. En todas mis tareas trabajo mucho el concepto y me gusta relacionar conceptos. Unas editoriales me piden que haga eso en los libros y otras prefieren que no.

-Es autónomo. ¿Cómo vive con la espada sobre la cabeza?

-Mi mujer dice que estoy más estresado cuando estoy más relajado de trabajo que cuando estoy a tope. El estrés es mi estado natural y lo gestiono muy bien. La cabeza me funciona mejor y no me siento estresado. Lo importante es que te apasione lo que haces y que estés animado siempre. Hay años mejores y peores, proyectos que te llenan más o menos y tienes que estar moviéndote para encontrar el trabajo siguiente. Vivo de ser ilustrador profesional y complemento con algo de diseño gráfico. Me gusta cambiar.

-Sabemos estudiarlos, pero, ¿cómo es hacer un libro de texto?

-Un trabajo de lunes a domingo: mucho volumen en, relativamente, poco tiempo. Contrato con varias editoriales a la vez: Matemáticas para una; Lengua, para otra y con registros diferentes. No he encontrado un estilo propio, trato de avanzar y aprender. Milton Glaser decía que si encuentras un estilo propio y te lo piden sólo te repites y te aburres.

Goyo Rodríguez fue un niño al que le gustaba dibujar, pero tenía compañeros que lo hacían y lo hacen mejor sin dedicarse a ello. "No tengo muy buena mano, pero trato de mejorar y no me gusta repetirme". Fue pionero del Bachiller Artístico en Burgos. Sus padres -trabajador industrial y ama de casa- le apoyaron y sus dos hermanas tuvieron un dibujante negro durante los estudios. Hizo Bellas Artes a Salamanca.

-De los que más aprendía era de los compañeros. Cuando sales de la Universidad al mundo real eres un recién nacido.

Trabajó unos meses en Badajoz, buscó empleo en Madrid, estuvo en plantilla de un diario de Burgos que le curtió en la inmediatez. Vino a Gijón porque abrió estudio de diseño gráfico con dos socios asturianos.

-Mi abuela paterna es de Asturias y yo veraneaba en Gijón. Entonces me parecía que llovía siempre, ahora, no. Son percepciones. El estudio funcionó de 2000 a 2005 y tenía trabajo, pero no cobraban a tiempo.

-Compartía piso con dos ilustradores muy buenos -Alberto Pieruz y Ana Sáez del Arco- y me animaron a probar como ilustrador. Me parecía muy duro, pero me lancé. En dos meses preparé un dosier y una presentación y fui a las editoriales de Madrid. En diez días estaba trabajando. Hasta hoy.

-Los libros infantiles venden, los de texto son un mercado cautivo. ¿Nota la crisis?

-Cobramos lo mismo o menos que hace 15 años. Antes con tres libros hacías el año. Ahora hay que trabajar más para sobrevivir.

-Vive en Candás, ¿puede hacer todo desde ahí?

-Sí, no conozco a la mayoría de mis editores. Siempre trabajé por internet.

-¿Cómo llegó?

-Mi mujer, a la que conocí hace 14 años en Gijón, tenía familia en Candás. Compré piso en plano en 2006 y lo ocupamos en 2008.

-¿Vive a gusto en Candás?

-Es un puerto pesquero y para un castellano tener el mar es la bomba. Hay todo lo que se necesita para vivir y la joya de la corona es la biblioteca, un edificio bonito que contiene un lugar de ensoñación. Me gusta esa vida cultural que cabe en un sitio pequeñito y tenemos el Teatro Prendes, que también es un cine de los de antes. En verano hay mucha vida y fiestas y el resto del año es relax. Está muy bien comunicado. Que Asturias tenga Oviedo, Gijón y Avilés y puedas estar en tres ciudades el mismo día es calidad de vida. Si hubiera más trabajo, Asturias sería el paraíso.

-¿Se ve siempre trabajando en esto?

-Ojalá. El mundo va tan deprisa que no sé que será de mi profesión. Si hay un robot que hace noticias habrá uno que cree imágenes. Con la tecnología se da el error de creer que la herramienta lo puede todo, pero el trabajo profesional es más complejo y no lo hace el sobrino de cualquiera con el ordenador.

-¿Tiene plan B?

-Ser audaz en todo lo que hago, sin miedo a ningún tipo de proyecto. En mi mundo todo se puede aprender.

-Trabaja en casa. ¿Está en la educación de su hija de 3 años?

-Por temporadas es complicado.

-Es un trabajo solitario.

-Soy bastante sociable, pero no puedo ejercerlo, por desgracia. De chaval era más introspectivo: siempre he estado cómodo en mi cabeza.

Compartir el artículo

stats