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Se busca gente para orgía en el Campoamor

Curro Carreres, director de escena de la ópera "Faust", selecciona figurantes para la "kermesse" que incluye el nuevo título de la ópera y que contará con un "stripper" que se desnudará

En las imágenes, algunos de los asistentes al casting de la ópera que se celebró ayer por la tarde. IRMA COLLÍN

No todos los días se busca un "stripper" para participar en una ópera del Teatro Campoamor. Ayer fue uno. Decenas de personas acudieron a un casting que buscaba figurantes para el siguiente título de la temporada de ópera en Oviedo: "Faust", "el hombre viejo que vende su alma al diablo por la eterna juventud", explicaban en las pruebas a modo de introducción.

Curro Carreres, director de escena, buscaba, entre los aspirantes a figurantes, personas que tuvieran actitudes coreográficas. El montaje es contemporáneo, así que no importaba que tuviesen tatuajes ni tintes modernos. También se les avisó de que en la obra se escenificaría una orgía. Y que uno haría de stripper: habría de desnudarse. A ninguno pareció importarle. Por turnos, primero ellas, fueron siguiendo los pasos de un baile. "Lo más importante es que intentéis que os conozcamos", les decían. Después tuvieron que simular que desfilaban. Sonaba la canción "Far l'Amore" de Bob Sinclair y Raffaella Carrà de fondo. Cada una debía moverse y hacer su mejor giro o pose. O pirueta. Todo valía para demostrar que tenían dotes para participar en la obra.

Tras las pruebas iban eliminando a las que no encajaban en el perfil. Ellos tuvieron que hacer lo mismo. Todos parecían pasárselo bien. Incluso aquellos a quienes no habían escogido, como Ana de Arquer. "Vine por probar. Pensaba que iba a tener vergüenza, pero luego vas viendo que estás más cómoda", decía esta ovetense. Tampoco entraron entre los elegidos Álvaro Mier y Daniel Moreira, ambos de Lugones. Moreira se presentaba como "intento de modelo". "La figuración en la ópera es una buena alternativa para ganar experiencia", explicaba. Era su segundo casting, mientras que Mier ya había acudido a otros tres. Le escogieron en uno, para "El Duque de Alba". "Era una gozada estar allí entre los cantantes", explicaba. Aunque reconocía que ya tenía ganas de ver una obra desde el público.

Entre los que sí habían sido elegidos se encontraba Paula Amieva, una chica que no es ni bailarina ni actriz, pero que gracias a sus estudios musicales -tiene un grupo de música folk- tenía ya más que cogido el tranquillo a esto de los castings. "Hice dos óperas antes que ésta", explicaba. "Creo que hay que venir con tranquilidad y pasártelo bien". Otra de las mujeres que estuvo presente en el casting fue la directora de espectáculos Ángela Show. Iba acompañaba a varios de sus bailarines. Ella, dice, tendrá un papel en la obra. Aún no sabe cuál.

Al final escogieron a trece: siete mujeres y seis hombres. "La gente muchas veces no quiere ver el título de siempre con el mismo montaje de siempre, porque entonces se pierde el factor sorpresa", explicaba Carreres. Los cambios siempre son justificados para actualizar la historia, pero sin inventos. El director recuerda que la orgía está en la partitura. Y el stripper casa con la "kermesse", la fiesta popular de Faust. "Y hoy en día esa fiesta es contemporánea, donde hay un desfile de modas, un evento de un patrocinador, un dj...". Y también un stripper, que se elegirá hoy. "Hay varios aquí que valen", decían.

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