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El machismo castizo de Luis Buñuel

Jeanne Rucar, viuda del cineasta, lo describe en su autobiografía como un hombre chapado a la antigua en lo familiar, celoso y posesivo

Buñuel y Jeanne Rucar, en una foto tomada en un decorado en París en 1925.

"Nunca me atreví a oponerme a Luis". Esta confesión de Jeanne Rucar resume lo que fue su vida junto a Luis Buñuel, el hombre con el que se casó, enamorada, en París en 1934, y con el que fue feliz durante más de cincuenta años. El suyo por el director de "Viridiana" fue un amor incondicional, una pasión que sólo le permitió reconocer la personalidad, posesiva y acaparadora, del hombre con el que compartió vida y renuncias tras la muerte del cineasta en 1983. Así se trasluce en el libro "Memorias de una mujer sin piano", publicado por Cabaret Voltaire, en el que Rucar va poco a poco desgranando los pasajes de una convivencia que descubre a un Buñuel muy distinto del que puede intuirse a partir de sus películas.

Jeanne Rucar (La Madeleine, Lille, 1908) conoció al director de cine aragonés en 1925. Un año antes había conseguido una medalla de bronce como gimnasta en los Juegos Olímpicos. De aquellos momentos recuerda la impresión que le causó Johnny Weissmüller, ganador de una medalla de oro en natación, del que al parecer todas las muchachas estaban enamoradas. Eran los días del charlestón, el pelo corto y los largos collares de perlas, y aunque a Buñuel no le gustaba bailar, de vez en cuando cedía a la insistencia de Jeanne y se entregaba al fox-trot, una concesión reseñable porque esa generosidad con los deseos femeninos no iba a prodigarse, no marcaría la pauta de su relación futura. Más bien, lo contrario.

Del relato de toda una vida en común se deduce que el hombre de imaginación desbordada, de ingenio e inteligencia extraordinarias, el que escandalizaba con películas transgresoras e irreverentes, integrante del surrealismo y "partidario de hacer estallar la sociedad y cambiar el mundo", era de puertas adentro un marido chapado a la antigua. En su vida privada fue celoso, controlador y posesivo, más próximo a los principios de "la mujer con la pata quebrada y en casa", que defendía la Sección Femenina que de los nuevos tiempos que se abrían tras la aprobación del voto femenino en 1931.

Esta forma de actuar del autor de "El perro andaluz" no era, sin embargo, motivo de fricciones matrimoniales. Jeanne siempre estuvo dispuesta a renunciar a su vida y a abandonarlo todo para seguirlo. Su felicidad era Luis Buñuel. Así lo admite en sus memorias aunque eso no le impide hablar de su "machismo", de su obsesión por tenerla siempre cerca y sólo para él. Buñuel, que la alejó de la gimnasia porque enseñaba las piernas y del piano porque tenía un profesor demasiado atractivo, la alentaba, no obstante, a entregarse a la cocina y a la costura, labores que podía ejercer sin salir del domicilio conyugal donde él la quería a su servicio. "Si salía, tenía que regresar a casa a las cinco en punto. Él, invariablemente, me esperaba en la puerta. Si me pasaba unos minutos de las cinco me pedía explicaciones". Jeanne lo describe como un hombre celoso de sus actividades, alguien del que sus propias amigas decían extrañadas que sólo ella podía vivir con un hombre así. Sin embargo, siempre aceptó gustosa esa forma de vida. Sólo después de muerto Buñuel (México, 1983) se muestra arrepentida de su debilidad, de haber abandonado por él todas sus aficiones, pero no lamenta haber dedicado su vida a ser su mujer porque "lo amé con un gran amor".

En las "Memorias de una mujer sin piano" -sin piano porque él lo cambió por tres botellas de champán durante una cena con amigos- no sale bien parado aunque sólo sea por contraste entre el autor de una filmografía inteligente, transgresora e inquietante y el "brusco" marido y padre de familia que no permite en casa invitados de su mujer ni de sus hijos. Sólo él podía encerrarse con sus amigos en el salón mientras mandaba a Jeanne a la cocina.

Celoso hasta el punto de llegar a amenazar con una pistola a Gustavo Pittaluga -compositor de la música de alguna de sus películas- tras comentarle ella que había pasado un momento a saludarlo, Jeanne confiesa que nunca pensó en divorciarse porque Luis, además de celoso y dominante "era también tierno y con sentido del humor, alegre". Años antes de morir, viuda, lejos de sus dos hijos, residentes en Francia y Estados Unidos, a la mujer que acompañó a Buñuel durante más de cincuenta años y que acabó su vida en México, país en el que establecieron en 1946, le hubiera gustado retomar algunas de las actividades que abandonó para complacer a su marido, pero para entonces la vista ya no la acompañaba y sólo pudo entregarse al dictado de unas memorias en las que acaba aceptando que, a pesar de haberlo pasado "divinamente" con Luis, a lo mejor hoy no se casaría para poder vivir una vida suya, con sus gustos y sus aficiones.

Con la decisión de contar su trayectoria, Rucar ofrece la imagen de un Buñuel desconocido, el artista que alterna el mundo frívolo del celuloide con una moral en su vida íntima más propia de la España castiza que de los ambientes mundanos en los que se movía. El autor de "Ese oscuro objeto del deseo" fue un "macho celoso" que, según su mujer, la excluía de su vida intelectual para protegerla, por eso no le habló nunca de sus proyectos, sueños o guiones, ni de como administrar el dinero de la casa ni de política ni religión. Era uno de los directores de cine más satíricos e irreverentes del momento, pero también un marido carpetovetónico que quería la comida a su hora, la ropa lista, y al que le gustaba hacer el amor por las tardes, "cerraba la puerta del cuarto y ponía un jersey en el picaporte para que nadie mirara por la cerradura". Ese era el cineasta que consiguió un Óscar, alguien capaz al mismo tiempo de ser más puritano que nadie en la intimidad y de crear un cine donde al deseo sexual y la provocación lo impregnaba todo. Jeanne Rucar falleció en México en 1994 convencida de que Buñuel se pondría "furioso" con su libro, pero orgullosa de aquella carta que encontró entre sus papeles en la que le dice: "Jeanne, has sido la mujer de mi vida".

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