Gerardo Quintana (Madrid, 1975) es el biógrafo de Tino Casal. Plasmó su vida y obra en el libro "Tino Casal. Más allá del embrujo", con prólogo y epílogo de Julián Ruiz y Joaquín Luqui, respectivamente. Estará este fin de semana en Tudela Veguín en una serie de actos conmemorativos coincidiendo con los 25 años de la muerte del cantante.
Actos que se inician hoy en el centro social de Tudela Veguín con la presentación del libro "Oro negro" (18 horas), posteriormente (19.30 horas) habrá una charla en la que intervendrá Quintana. El sábado (18 horas) se celebra una misa en la que participará el Coro "Santiaguín" en la iglesia de San Julián de Box. El homenaje concluirá con la actuación de la Banda Municipal "Ciudad de Oviedo" en el parque José Fermín Palicio.
Quintana comenzó a elaborar la biografía en el año 2002 y la hizo a través de una exhaustiva labor de campo, que va desde testimonios y documentación recogida en Tudela Veguín hasta decenas de datos y referencias dadas por personas que, vía profesional, privada o desde el mundo del periodismo, tuvieron relación con el autor de "Embrujada".
-Cuando escribió la biografía, ¿qué encontró que le sorprendiera?
-Diría que el 80 por ciento de lo que encontré. La conclusión es que cuando me pongo en 2002 a trabajar en la biografía, a Tino se le conocía por "Eloise", "Embrujada" y poco más. Era prácticamente un desconocido. Cierto que todo el mundo sabía quién era Tino, pero no sabían nada sobre él: era un tipo a descubrir por su faceta de pintor, escultor, por sus valores de amistad y generosidad a pesar de la imagen que podía proyectar con esos maquillajes y ropajes. Pero debajo de esas pieles de leopardo se escondía un gran artista.
-¿Hizo mucha labor de campo?
-En la época que yo empiezo a hacer el libro entrabas en Youtube y había cuatro actuaciones de Tino Casal. O sea, era partir de cero en todo. Era labor de campo; por ejemplo, llegar a Tudela al bar Ortea y hablar con uno y otro. Fue un trabajo ímprobo y grato.
-¿La parte asturiana de su carrera fue otro descubrimiento para usted?
-Me sorprendía que, siendo un adolescente en su Tudela Veguín, estaba al día de lo que pasaba en España y en Londres. Me sorprendía ese talento innato de Tino para estar al día.
-¿Qué era: glam, barroco...?
-Lo encasillaría en el "mundo Casal". No se le puede encajar en ninguna corriente. Diré a título anecdótico que me empeñé en hablar con Millán Salcedo, de "Martes y Trece". El dúo imitaba a todo el mundo, pero yo no recordaba que lo hicieran con Tino. Llamé a Millán y le pedí que me aclarara si había figurado entre sus cantantes a imitar y me contestó que no, pero porque era inimitable.
-¿Lo encaja en la Movida o como precursor de la misma?
-Ni Movida, ni glam, ni nuevos románticos... era su propia personalidad, arrolladora personalidad. Es un artista atemporal. Fue precursor de la Movida con Fabio McNamara, entre otros. Me atrevería a decir que no perteneció. Él era el mayor, ya tenía 30 años, y los demás eran adolescentes. El bagaje que tenía Tino desde Asturias y sus viajes a Londres ya le había dado una experiencia vital y musical que el resto no tenía.
-Luego aquello del "rey del glam" que cantaba Alaska...
-No, ella me dijo que iba dirigida a Marc Bolan. Pero sí podría ser el rey del glam en España. Desde luego, según el testimonio de Alaska, la canción no iba dirigida a Tino.
