La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Ni me planteo si me gustan o no, tengo que hacerlos y ya está"

"Ni me planteo si me gustan o no los deberes. Yo tengo que hacerlos y ya está". Es la sentencia de Javier García de Muro Sánchez, estudiante de 2.º de ESO en el colegio El Pilar de Pola de Lena, cuando encara una mochila llena de tareas. Puede ser resignación o costumbre, ya que les dedica una media diaria de dos horas. Y siempre bajo la supervisión de su madre, Beatriz Sánchez Blanco, veterana en la batalla de que todo esté en orden para las clases. "Discutimos mucho, sobre todo cuando a Javi se le 'olvida' algún ejercicio que tiene que hacer", explica ella, sin ocultar una sonrisa.

"¿Deberes sí o no?". Es la madre quien responde mientras su hijo se encoge de hombros: "Cuando son un refuerzo de lo que se trabajó en clase, son necesarios". Para ella no lo son tanto si son reiterativos o un castigo. "No estoy de acuerdo con que algunos profesores manden más ejercicios porque los niños han estado hablando en clase, eso es un error. Los críos lo perciben como algo negativo y afrontan las tareas con desgana", dice.

De vuelta a la mochila, Javier empieza los cinco ejercicios de matemáticas que le han encargado. "Prefiero empezar por los números porque los hago más rápido", afirma el joven, que quiere hacer carrera en el Ejército de Tierra. Hace los deberes siempre cerca de su madre. Trabajo extra para los dos que comienzan revisando las tareas en la plataforma "Educando", un programa digital destinado a que los padres estén al tanto del avance de los estudiantes. Incluye un anexo con las tareas diarias: "Está bien porque evita el 'escaqueo'", afirma Sánchez. Los deberes son un tema recurrente en las reuniones de los docentes de El Pilar. Fernando Redondo, director del centro, afirma que "aunque hay cierta polémica sobre este tema, nosotros no hemos tenido conflictos". La asociación de madres y padres de Alumnos, que preside Beatriz Sánchez, sólo les ha requerido que se planifiquen bien las tareas y los exámenes para evitar la sobrecarga. Y los docentes, según Redondo, trabajan en esa línea: "Hacemos un reparto coordinado e intentamos adaptarnos, en la medida de lo posible, a las necesidades de cada estudiante". Tanto Redondo como Beatriz Sánchez consideran que la rutina es fundamental. Javier va a clases de inglés martes y jueves. Lunes y viernes, a tenis. Los miércoles toca robótica.

Compartir el artículo

stats