Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) han hecho diversas excavaciones en yacimientos costeros de Cantabria y Asturias -en las cuevas de La Riera, Mazaculos II y El Mazo- y aportan datos, hasta ahora desconocidos, sobre las condiciones de las aguas costeras del mar Cantábrico a finales del último periodo glacial e inicios del posglacial.

Hasta ahora, se pensaba que las fechas radiocarbónicas de las conchas eran más antiguas de lo que realmente son, ya que las aguas marinas de fondo están empobrecidas en Carbono-14. "Para compensarlas, hay un cálculo hecho a escala global de los mares mundiales que se aplica en los laboratorios. Pero en el Cantábrico no se sabía cuál era la variación", explica uno de los firmantes, Manuel González Morales. De ahora en adelante, cuando se date en Carbono-14 animales marinos y conchas del Cantábrico se podrá precisar mucho más. Según el estudio, existe una desviación de 115 años de menor envejecimiento para el final de la época glacial y de 105 años para la fase posglacial.

La investigación, además, revela que el mar Cantábrico, en aquella época, funcionaba de forma similar a como lo hace ahora.