¿Es extraño que el nuevo Nobel de Literatura sea un cantautor? No. Es lo que opina el escritor gijonés Mariano Antolín Rato: "Como los rapsodas de la Antigua Grecia, Dylan siempre ha cantado poemas. Y con el acompañamiento de una de las músicas épicas del siglo XX, el rock. Nada extraño, pues, que la literatura lo incluya entre sus miembros más destacados".

El escritor Manuel García Rubio subraya que "lo más significativo" del galardón otorgado ayer "estaba en el riesgo de conceder un premio estrictamente literario a un cantautor. Ese riesgo lo había asumido antes la entonces Fundación Príncipe de Asturias. Digamos, pues, que los suecos apostaron sobre seguro".

En efecto, Cohen recibió el premio "Príncipe" de las Letras en 2011, algo que subraya la directora de la Cátedra Cohen de la Universidad, Miriam Perandones. "Dylan, al igual que Cohen, es un poeta que ha utilizado la música como sostenedora de su expresión literaria y como medio de comunicación, gracias a la cual fue capaz de influir en toda una generación".

Dylan desata veneración, pero hay quien hubiera preferido otros premiados. Es el caso de Javier García, profesor de Teoría de la Literatura en la Universidad de Oviedo y director del "Ciclo de la palabra" en el Centro Niemeyer de Avilés. Él hubiera elegido a Don DeLillo, aunque subraya que "las canciones forman parte del contenido literario, que en el caso de Dylan es extraordinario".

La escritora Ángeles Caso también tenía preferencias por otros candidatos. "Adoro a Dylan, me parece el símbolo, musical y poético, de la manera de entender el mundo de varias generaciones (que incluye la mía), y me alegra que el comité del Nobel se muestre tan abierto de mente. Pero debo reconocer que mi favorito entre los nombres de este año era Ngugi wa Thiong'o, y lamento que todo lo que ha soportado en su vida por defender la libertad de su voz, que es la voz de muchos, no se vea recompensado con el Nobel".

El autor de Turón Xandru Fernández hace una valoración muy directa y cortante del galardón: "Me parece una hostia a mano abierta a la literatura estadounidense de los últimos cuarenta años y el signo de que la generación del Mayo del 68 ya se ha apropiado de todos los ámbitos de la cultura".

En el bando de los cantautores, celebración. Pablo Moro sostiene que "se merece todos los premios del mundo. Por darle, yo le daría hasta mi casa", bromea. Moro insiste en que las canciones son plenamente un género literario, "lo que pasa es que de manera incomprensible no aparecen en los libros de texto". Este cantautor traza un paralelismo entre el género teatral y el musical. "Justo se acaba de morir Dario Fo, también premio Nobel, y sus textos también están hechos para ser representados", apunta.

El cantautor y poeta turonés Alfredo González confiesa que tiene "sentimientos encontrados". "Esto es algo muy positivo para el rock, y para la canción de autor, mucho, nos hace subir de categoría, pero las canciones no son sólo poemas, son un todo, música y letra. Premiar a las letras es como cortarle la cabeza a un pájaro".