Veinte años no son nada para "La broma infinita", la atemporal, transgresora y celebrada novela del desaparecido David Foster Wallace, "buque insignia" de la editorial Random House, que ahora la relanza para conmemorar el vigésimo aniversario de su publicación.

"Tan trascendental y eléctricamente viva" como cuando vio la luz, sigue, según el diario "The New York Times", esta extensa novela. Creativo y atormentado a partes iguales, Foster Wallace (Nueva York, 1962), que padecía depresión crónica y estaba considerado como uno de los mejores escritores de su generación, se quitó la vida en 2008, y su esposa lo encontró ahorcado en su casa de California. Dos décadas después, acabar "La broma infinita" sigue siendo un reto para lectores de todo el mundo pero, como escribió el crítico Sven Birkets, merece la pena llegar hasta sus últimas líneas porque quienes lo hagan saborearán el "raro privilegio" de contemplar el universo "iluminado por un torrente de luz negra".