-Mamá, tener auto hoy ya no es importante, ahora hay otras opciones.

A Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, premio "Princesa de Asturias" de Cooperación Internacional, le abrió los ojos hacia dónde se encamina el futuro del planeta su hijo adolescente, universitario en México. "Me impactaron sus palabras", reconoce ella.

Su predecesora en el cargo, Christiana Figueres, lo expresó de manera más clara: "En las ciudades del futuro las personas de mayores recursos no tendrán automóvil, usarán el transporte público", pronosticó. Esta nueva tendencia acompañada del uso de vehículo compartido, la electrificación de la industria del automóvil y el desarrollo de turismos sin conductor son los grandes desafíos del planeta para avanzar en la difícil tarea de luchar contra el cambio climático.

Espinosa aprovechó para recordar que "el acuerdo de París expresa la voluntad de los gobiernos pero también una movilización de muchos sectores" porque los gobiernos no pueden cumplir esos objetivos por sí solos, "requieren de la acción de todos", enfatizó. En una comparecencia previa a la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias 2016", la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su predecesora en el cargo coincidieron en señalar que "las nuevas generaciones están muy preparadas", y llegan con más conciencia de la responsabilidad que tenemos con nuestro entorno. "Tenemos la obligación de entregarles un planeta no destruido, con oportunidades de un crecimiento justo y limpio", agregaron, con el condicionante de estar preparados para recibir a dos mil millones de habitantes más en los próximos años.

Espinosa, incidió en la idea de que todos los individuos "somos actores y tenemos una responsabilidad" para alcanzar "un nuevo modelo de crecimiento con justicia social". En este sentido, las responsables del órgano de Naciones Unidas orientado a estabilizar la emisión de gases de efecto invernadero para evitar cualquier interferencia peligrosa de la vida en el planeta con el clima se definieron optimistas -"porque en las batallas importantes no podemos dejar de serlo"- y enfatizaron la idea del "lujo" de haber llegado al Acuerdo de París cuatro años antes de lo previsto. En esa lucha, advirtieron, hay que mantener un cierto "sentido de urgencia".