La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ignacio Grávalos Lacamba | Arquitecto

"La ciudad del futuro no consiste en expansión, sino en reutilización"

"Se pierde el distintivo del espacio público, un lugar donde pasaban cosas, pero ahora prohíben cantar o jugar al fútbol"

Ignacio Grávalos Lacamba (Zaragoza, 2 de mayo de 1968) es arquitecto. Junto a su compañera Patrizia Di Monte impulsó en Zaragoza la iniciativa "Esto no es un solar" que, apoyada por el ayuntamiento maño, ha servido para recuperar espacios públicos y privados abandonados por la crisis. Sus ideas han servido para dar a estos lugares usos temporales cumpliendo con las peticiones de los vecinos. Grávalos estuvo ayer en Oviedo participando en el congreso "Design & You", que estos días se celebra en el edificio del Pavo Real en el Campo San Francisco, hablando del urbanismo entrópico.

-¿Qué es el urbanismo entrópico?

-Es una manera de explicar las ciudades utilizando metáforas ajenas a la arquitectura. La entropía es un concepto matemático que explica el grado de uniformidad del universo, y siempre va aumentando la entropía, lo que quiere decir que el universo es cada vez más uniforme y más homogéneo. Este concepto se puede aplicar a las ciudades, que cada vez tienden a ser más iguales. Y la entropía te dice que cuando el universo sea completamente homogéneo ya no sucederá nada.

-¿En qué se traduce esta metáfora en cuestiones urbanísticas?

-Las ciudades tienden a crear bolsas homogéneas, núcleos residenciales de gente con el mismo estrato social y forma de pensar. Son esas urbanizaciones muy vigiladas en las que se procura que no haya sorpresas ni problemas extraños en su ambiente. A pesar de esto, por otra parte la ciudad está creando barrios degradados.

-¿Se pueden calificar como guetos para ricos y para pobres?

-Sí, sí. En las ciudades contemporáneas cada vez hay una tendencia mayor a controlar y normalizar los usos. Al final se pierde el distintivo de los espacios públicos de que en ellos sucedieran muchas cosas y diversas porque eran lugares de intercambio. Ahora te prohíben cantar, jugar al fútbol... Parece que en un espacio público solo pueda pasar una cosa. Esto deriva hacia una privatización de los espacios públicos.

-¿Cómo se dignifica un espacio público?

-No hay recetas generales, pero tiene que tener cuestiones universales como la accesibilidad, ser seguro, estar bien iluminado y conectado... Si a un anciano le pones un espacio verde a 25 minutos de su residencia no va a ir, ya que para él 25 minutos es una vida entera. Hay que acercar los espacios a las diferentes franjas de población.

-¿Y además?

-Un espacio público tiene que tener una vida continua, y ésta la da los locales comerciales. Una calle sin pequeños locales comerciales es un espacio desierto, fantasma.

-En Oviedo un espacio público importante es el Campo San Francisco, ¿qué habría que hacer en él? ¿Peatonalizar su entorno?

-No me atrevo a opinar porque no lo conozco, pero sí que la extensión y su conexión con el resto de la ciudad es un elemento clave.

-¿Deben las ciudades crecer hacia adentro y no expandirse más?

-Es una de las lecciones que hemos aprendido. La ciudad del futuro ya está construida. Ahora tenemos que reprogramarla. Hay un montón de edificios vacíos y un montón con usos equivocados. Ya está todo hecho, no podemos pensar en expandirnos más en el territorio por cuestiones ambientales, económicas, sociológicas... Ahora hay que arrojar sobre la ciudad una mirada creativa. La ciudad ya no tiene una voluntad de expansión, si no de reutilización.

Compartir el artículo

stats