La improvisación es quizás la suerte más difícil de todo el arte de actuar. Implica una inmersión total del intérprete en el rol, buenas dosis de intuición e imaginación y una gran agilidad a la hora de reaccionar a estímulos externos, provengan de otro actor o del entorno. Con esta premisa, con este convencimiento, la directora avilesina Konchi Rodríguez, el alma de Taller Actor, preparó un singular ejercicio de improvisación pautada con los alumnos. El resultado es el filme "Hoy como ayer", que ayer se proyectó en el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX).

El proyecto consistía en filmar una película desarrollada a partir de las improvisaciones de los actores. La referencia: "Shadows", ópera prima del maestro del cine independiente norteamericano, John Cassavetes. "Siempre tuve esa película en mente. Cassavetes hizo esto mismo, empezó a hacer la película con los actores de su taller. Nosotros comenzamos trabajando las improvisaciones en clase, hablando con los alumnos, formándolos", explica Konchi Rodríguez.

La cineasta asignó a cada uno de los dieciséis actores un papel determinado, y les dejó libertad para ir desarrollándolo en los primeros ensayos, en la primavera de 2014. El argumento del filme, de hecho, era sólo un punto de partida: una familia afronta un problema similar al que tuvieron que encarar, medio siglo antes, los habitantes previos de su casa.

Para rodar el filme, el equipo se recluyó durante un mes en una casa de Gijón, entre julio y agosto de ese año de 2014. "Había escenas que se dejaban más a la improvisación, estaban más guionizadas. Y luego estaba la planificación, que era compleja", reflexiona Rodríguez.

El rodaje, además, fue un verdadero aprendizaje para todo el equipo: "Era una carrera de obstáculos. Por ejemplo, nos coincidió con las fiestas y había mucho ruido, así que tuvimos que cambiar las pautas y grabar de madrugada", relata la cineasta. Lo más duro, no obstante, sería la posproducción, que se alargó durante más de un año. La experiencia, en todo caso, fue enriquecedora para todos.

Ángela Turrado, una de las actrices del filme, destaca las tablas que les dio el rodaje a todos los actores: "Aunque pautada, es una improvisación. Nunca sabes cómo va a reaccionar el actor que tienes enfrente", señala la joven actriz, que confía en seguir aprendiendo con la misma intensidad.

En cuanto a Konchi Rodríguez, la cineasta ya prepara su nuevo filme: un documental titulado "Las moradas de la mina interior", centrado en un empresario gijonés que desarrolla un importante trabajo artístico. "Creo que va a sorprender", afirma.