Tras encadenar tres años de éxito como director del anuncio de la Lotería de Navidad, desde el bar de Antonio hasta la abuela Carmina, rodado en Villaviciosa, el director Santiago Zannou (Madrid, 1977) llega para clausurar el FICX con el estreno mundial de "Muna", su último trabajo sobre mujeres en África.

-¿Es una historia de heroínas?

-Sí, una historia de mujeres que se superan, que nos enseñan la fuerza que tienen. Una historia de mujeres que se ayudan y eso las hace más fuerte. Una historia de África porque es el continente olvidado al que nos acercamos para contar tristezas; a mí me gusta acercarme para contar pequeñas historias de verdaderos héroes de carne y hueso que no tienen capa y espada.

-A ojos del mundo, África está olvidada, ¿más sus mujeres?

-Sin duda. Las mujeres de occidente tienen una gran deuda porque se olvidan a veces de otras que todavía necesitan posicionarse. Olvidan que hay mujeres que están en el inicio de la lucha que ellas emprendieron hace mucho tiempo. Además, las historias que no se cuentan no existen y darles visibilidad es una responsabilidad.

-¿Están solas?

-La tierra la mueve la mujer y muchos países africanos sobreviven gracias a la mujer. No veo que sea un trabajo en soledad, sólo una ayuda en silencio.

-Soledad entendida como que nadie las ayuda.

-Occidente olvida al pobre. Me gustaría que impactase en el espectador el problema de las personas que andan descalzas. ¿No podemos ayudarlos con un montón de zapatos? ¿No podríamos mandar un medicamento que combatiera los bichos que te comen la pierna literalmente? ¿Por qué los olvidamos? Me encanta que un grupo de mujeres hayan inventado una pócima, natural, para ayudar a su gente. Si no lo hacen ellas, no les ayuda nadie.

-¿Occidente prefiere no mirar?

-La sociedad se ha inmunizado contra el dolor ajeno. Vivimos en un mundo egoísta que no quiere compartir. Vivimos de espaldas a determinadas realidades y cuando no, estamos inmunizados.

-¿Dónde está rodada?

-En tres regiones de Etiopía. Tigray, en la frontera con Eritrea; Nekemte, en la zona de Oromía y Addis Abeba, la gran capital.

-¿Cuánto tiempo estuvo observando?

-La construí mientras estaba allí, no la tenía pensada. Llegué con ganas de contar una historia, opté por fijarme en las mujeres y descubrí heroínas. Rodamos durante tres meses. Con la película medio montada contactamos con la campeona del mundo de maratón Mare Dibaba para ofrecerle salir y volvimos a grabarla a ella y seguir observando. Cuando ves "Muna", sales más fuerte y con la confianza todavía en el ser humano.

-¿Y con la decepción de que el mundo las deja solas?

-Es una película que te tiene que remover por dentro y hacer pensar que tantos privilegios a veces no son necesarios. Por ejemplo, el peso que llevan a la espalda, descalzas durante cuatro horas, yo que soy un tío de metro ochenta y cinco no puedo llevarlo. Esa tía es una heroína, es una valiente, es más fuerte que yo. La única manera de luchar contra el egoísmo es con compromiso.

-La película tiene un vínculo especial con Gijón, ¿no?

-No un vínculo, la película nace aquí. Llegué a Gijón hace dos años después de que mi película "Alacrán enamorado" no funcione y tras el éxito de la Lotería. Esta mezcla hace que tu mente esté cansada y cuando me invitó el FICX como jurado me lo tomé como unas vacaciones mentales.

-¿Y qué pasó?

-Estaba dando un paseo por el Muro de San Lorenzo con Cristóbal Artega, miembro también del jurado. Le comenté que iría a Etiopía y me lo tomaría de vacaciones porque estaba cansado. Me dijo que "un director está obligado a contar historias, es imposible que te vayas a Etiopía y no lleves una cámara y no traigas una historia. Como director estás obligado". Me fui del FICX con la fuerza para aprovechar el tiempo allí. Dos años después termino la película y se presenta en este festival que me dio tanta fuerza y también después de Lotería. Es cerrar un círculo muy interesante.

-¿Esperaba el éxito con el anuncio de la Lotería?

-Ya con "El bar de Antonio" emocionamos a la gente. Sería de falsa modestia decir que no lo esperábamos, claro que sí.

-¿Por qué Villaviciosa?

-Siendo honesto, vi diferentes localizaciones pero en mi cabeza veía algo parecido a Tazones y Villaviciosa. Tengo familia política en esa zona y acababa de nacer mi hijo. ¿Qué mejor forma que mi hijo conozca su tierra, o una parte, que llevar allí el rodaje? La localización siempre es importante pero hay algo que te llama, un cariño a una tierra que no conoces pero que le tienes cariño porque es la tierra de mi mujer.

-No obstante, hubo alguna crítica por una asociación de personas mayores.

-No puedes estar exento de crítica envidiosa. Pensar que el personaje de Carmina es una persona mayor a quien el pueblo le engaña es tener oscuridad en el corazón. Al final es una fiesta, lo importante es compartir. Es como intentar meterse con "¡Qué bello es vivir!" de Frank Capra.

-¿Cree que puede quitarle protagonismo a su película?

-Ni muchísimo menos. Las cosas se retroalimentan, siempre que lo hagas de forma honesta.