La figura del "músico" que puede contemplarse en las paredes de la iglesia prerrománica de San Miguel de Liño estaría relacionada con el Apocalipsis de San Juan, con la salvación del hombre al final de los tiempos. Esta pintura, y su interpretación, centró ayer la intervención de Lorenzo Arias Páramo, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo, en su acto de entrada como miembro numerario del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA).

Arias Páramo trazó una relación entre la figura de este intérprete y la iconografía que aparece en los comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana. El músico de Liño, junto a otro fresco de una figura sentada en un trono en el mismo templo, son las únicas representaciones antropomórficas que se conservan en las pinturas murales del Prerrománico asturiano. ¿De dónde procede esta imagen? ¿En qué se inspiraron los autores de las pinturas de la iglesia ubicada en la falda del Naranco?

En la miniaturas que acompañaban los códices que recogían el texto del Beato aparecen instrumentos musicales, fundamentalmente la tuba, la trompeta y el laúd o la cítara, indicó Arias Páramo en su intervención en el RIDEA. Teniendo en cuenta la vinculación del Beato con la monarquía asturiana, para Lorenzo Arias Páramo es comprensible que se establezca un vínculo "muy interesante" entre las miniaturas de los códices y la pintura mural de los templos prerrománicos asturianos. Esa relación lleva a nuevos contextos, indicó el nuevo miembro del RIDEA, preguntas e incógnitas sin resolver sobre si la pintura mural en la cultura asturiana influye en la miniatura o si ocurre al revés.

El "músico" está representado con un laúd. Y eso es un hecho raro, en principio, al estar en una iglesia de la alta edad media, en pleno siglo IX. Tal y como indicó este experto en el Prerrománico asturiano, la liturgia de aquella época no recurría a instrumentos musicales, al considerarlos profanos. Aquella Iglesia prefería el canto, a la oración? Este es otro indicio de que la inspiración para pintar el "músico" pudo salir de las páginas del Beato.

Otro punto que refrenda esta teoría, según Arias Páramo, es que en las basas de las columnas del San Miguel de Liño hay una representación en escultura de los cuatro evangelistas. Esto habría que ponerlo en un contexto simbólico. Que significaría que, por un lado, se predica el Evangelio en la tierra y, por otro, en las paredes de San Miguel de Liño a través del músico aparecería el mensaje del Apocalipsis como oportunidad de salvación para el hombre en Cristo.

Arias aludió también a otros elementos simbólicos del templo del Naranco. Las columnas de la iglesia son 24. Y justamente 24 son los ancianos que aparecen alrededor de 24 tronos en el Apocalipsis, con ropas blancas y coronas de oro en sus cabezas. Otro dato que refuerza aún más estas tesis. Lorenzo Arias Páramo también comentó la similitud entre los colores, los ojos -con fuerza dramática y gran expresividad- y las formas del "músico" y las de las miniaturas que iluminan el texto del Beato.

Arias Páramo recibió, tras su discurso, la medalla de oro y el diploma de la mano del director del RIDEA, Ramón Rodríguez Álvarez, justo después de la intervención de Juan José Tuñón, abad de Covadonga, que recitó el amplio currículum del nuevo miembro del número permanente y alabó todos los estudios realizados por este especialista.