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LETICIA MORENO | Violinista, solista del concierto de hoy de la OSPA

"Rostropovich me aconsejó que debía lograr una conexión íntima con el público"

"En España hay un panorama musical maravilloso, muchos países podrían envidiarnos incluso el talento y las ganas que tenemos aquí"

Leticia Moreno, el miércoles, en el Auditorio de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Oviedo, Andrea G. TORRES

La violinista española Leticia Moreno (Madrid, 1985) regresa al Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo como solista del concierto de esta tarde de la Orquesta Sinfónica de Asturias junto a su director titular, Rossen Milanov. Interpretará el "Concierto para violín y orquesta en la mayor K. 219" de Mozart, tras haber obtenido un enorme éxito en su anterior concierto de 2015 con la "Sinfonía Española" de Éduard Lalo. Moreno es una de las más destacadas violinistas españolas, solista de las principales orquestas internacionales, es también artista del sello Deutsche Grammophon para el que ha grabado dos discos, "Spanish Landscapes", y otro íntegramente dedicado a Shostakovich. Actualmente trabaja en su tercer disco, que recoge música de Astor Piazzolla. Saldrá a la venta a finales de la primavera. Madre de un niño de nueve años, es también una persona comprometida a través de su proyecto personal "Músicos para la infancia" junto a Unicef.

-Comencemos hablando del concierto de Mozart.

-Creo que es el más brillante de los que Mozart escribió para violín. Es un concierto que he tocado bastante, con el que me siento muy cómoda e identificada. El "Adagio" con el que comienza es bastante inusual, y eso le aporta un halo mágico. Después en el tercer movimiento está ese intermedio "alla turca" que te permite buscar sonidos que no tienen cabida en otros conciertos de Mozart, y es quizá más interesante para el intérprete y el público. La música de Mozart es el mejor ejercicio, sin querer denominarlo así, que puedes hacer para mejorar tu técnica cuando tocas y también para el sonido. Yo intento siempre programarlo en mis conciertos, porque es un compositor con el que me siento muy vinculada desde que era pequeña. Además, para este concierto he compuesto mis propias cadencias, y me ha ayudado a repensar esta obra.

-¿Cómo ve la situación de la música en España?

-Tenemos un panorama maravilloso que ha crecido mucho en los últimos veinte años, y que hay que cuidar. España tiene muchísimo talento, orquestas fantásticas que compiten con las internacionales, unas instalaciones estupendas, y cada vez hay más posibilidades para formarse. Hay una juventud estupenda que derrocha ganas y talento. Hemos logrado tantísimo en el terreno musical, y estoy tan orgullosa de poder hablar bien de mi país, que creo que hay que quedarse con todas esas cosas buenas que son un hecho a celebrar. Muchos países podrían incluso envidiarnos por lo que tenemos aquí, y estoy hablando de Inglaterra, incluso.

-Tras "Spanish landscapes", ¿cree que la música española vende fuera de España?

-Muchísimo. Les fascina. El álbum surgió por mi propia iniciativa, porque yo quería conocer qué literatura se había escrito aquí para el violín, y empecé a investigar. No me interesaban los arreglos de Sarasate o Falla, quería algo genuino para violín, y me encontré con obras de Turina y Granados, también de Toldrá. En unas pocas horas salieron tal cantidad de obras realmente fantásticas que ni yo ni mis colegas conocíamos que nos pareció un proyecto muy interesante, aunque yo no estaba buscando material para grabar un disco. La primera de todas fue la sonata de Granados, una joya que he tocado en todas las salas, y que en el extranjero era desconocida. En estos últimos años la han incluido en su repertorio algunos pianistas estupendos, entre ellos Christoph Eschenbach que la tocó conmigo en Washington. Que alguien como él tenga interés en esta obra quiere decir algo. Haber podido dar otra oportunidad a estas obras, y grabarlas con la mejor discográfica me reconforta muchísimo.

-¿En qué proyectos está trabajando ahora?

-El martes estaba en Londres grabando el que será mi tercer disco, dedicado a Astor Piazzolla, que es un universo bastante nuevo para mí. El proyecto surgió a raíz de una gira con la orquesta Academy of St. Martin in the Fields en el que interpreté las "Estaciones Porteñas" de este compositor, y descubrí una música llena de influencias. Fue todo un reto, un descubrimiento muy gratificante, y un lujo poder contar con músicos de tan alto nivel como la London Philharmonic. Hemos grabado parte del disco esta semana, que incluye las cuatro "Estaciones Porteñas" y "Oblivion", y nos quedan aún cosas pendientes que grabaremos más adelante con el director Andrés Orozco Estrada, alguien muy querido para mí y con el que he colaborado desde 2009. También estoy trabajando con Krzysztof Penderecki, en su segundo concierto para violín, "Metamorfosis", que vamos a tocar en enero en Weimar.

-¿Cómo ha sido su relación con Mstislav Rostropovich?

-Fue muy generoso conmigo. Al principio dijo que no tenía tiempo para mí, pero que estaba dispuesto a escucharme. Toqué parte de mi repertorio; yo tenía entonces diecisiete años, y después de escucharme, me dijo que quería que fuera su alumna. Por aquel momento yo estudiaba en Londres y siempre que él estaba allí quedábamos. Me dio algunos consejos que aún me sirven hoy, como el hecho de no sólo tocar notas, sino proyectar pensamientos con la música y establecer una conexión íntima con el público.

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