En esta época de sobredosis de series fruto de la "Edad de Oro" que se inició con "Los Soprano" y, especialmente, "Perdidos", resulta difícil encontrar una que consiga engancharnos toda la temporada y convertirse en un tema de conversación. "Westworld" es sin duda una candidata con muchas posibilidades. La ficción, que acaba de finalizar su primera temporada, llegó a España hace apenas dos semanas de mano de la cadena HBO. Con un relato futurista de ciencia ficción, esta serie pretende ir más allá del entretenimiento, planteando cuestiones de ética y moralidad a través de sus personajes. "Westworld" nos presenta un parque temático ambientado en el Salvaje Oeste americano en el que adinerados visitantes pagan lo que suponemos altas sumas por interactuar con robots de apariencia completamente humana, que ejercen de anfitriones para el deleite de los turistas. En este lugar, los humanos muestran su lado más sádico y primitivo, al carecer de impedimentos que les frenen los pies, tanto materiales (los robots están programados para no hacer daño a ningún visitante), como morales (no están sometidos a un escrutinio público que les haría reprimir esas conductas vergonzosas). Así, pueden abusar sexualmente de los anfitriones, humillarlos, torturarlos o incluso matarlos sin que estos puedan defenderse. Son figuras cuyo único papel en el juego es satisfacer a los humanos.

La trama entrelaza varias historias con un punto de conexión en común (como se va desvelando capítulo tras capítulo) que nos ayuda a entender mejor la filosofía y el funcionamiento de ese lugar. Un valor añadido de la serie es un casting muy acertado. Al creador de este "nuevo mundo" lo encarna el veterano Anthony Hopkins, que lucha por mantener vivo su sueño mientras tiene que lidiar con una junta de directivos con otras ideas para el parque. Ed Harris, otro peso pesado, también forma parte de esta historia interpretando a un asiduo visitante sin escrúpulos que busca un rincón escondido en el que aguarda el mayor secreto de ese mundo. Evan Rachel Wood ("Los idus de marzo") y Thandie Newton ("Crash") dan vida a dos máquinas esclavas que poco a poco comenzarán a comprender su realidad y tratar de liberarse de los grilletes que les atan a sus amos humanos.

"Westworld" es emoción, entretenimiento, pero, sobre todo, es violencia acompañada de una reflexión sobre la naturaleza humana. La serie, producida por el mismísimo J. J. Abrams y dirigida por Lisa Joy y Jonathan Nolan (el hermano de Christopher Nolan), está basada en "Almas de metal", una película de 1973 dirigida por Michael Crichton y protagonizada por Yul Brynner. Con diez capítulos en su primera temporada y un ritmo "in crescendo", la serie tenía la expectativa añadida de triunfar desde su estreno, ya que se le había adjudicado el apodo de "la nueva Juego de tronos" (¿alguien dijo presión?). Por suerte para sus creadores, parece que ha conseguido la hazaña, y con nota. Con una audiencia media de 12 millones de espectadores, ha superado a los seguidores que tuvo la popular serie de Jon Nieve, Daenerys Targaryen y compañía durante su primera temporada. La pregunta ahora es? ¿volverá para una segunda entrega? J. J. Abrams ha asegurado que sí, aunque probablemente tengamos que esperar hasta 2018.