Los muertos vivientes se marchan de vacaciones por Navidad. "The Walking Dead", una de las series con más audiencia a nivel global, emitió el pasado domingo el octavo capítulo de su octava temporada, con el que se despide hasta su regreso el próximo 12 de febrero (un día después llegará a España). Ha sido una edición irregular. Por primera vez en su historia, la serie se ha asomado al abismo de la bajada de audiencia. La inmortal "The Walking Dead", sinónimo de éxito durante todos estos años, ha notado un importante descenso de espectadores en la que se supone que sería la temporada más importante e impactante de las que se habían emitido hasta el momento. Era el turno de Negan (interpretado por un más que acertado Jeffrey Dean Morgan) y de la violencia más extrema contra Rick y los suyos. Advertimos que a partir de este momento puede aparecer algún "spoiler" para aquellos que no hayan seguido la serie al día. El primer capítulo desveló qué miembro del grupo de protagonistas se convertiría en la piñata humana del bate de este hombre sin escrúpulos. Para nuestra sorpresa no solo cayó uno (Abraham), sino que Glenn, uno de los más veteranos de las series, fue la segunda diana de los brutales golpes de Negan ante el estupor de los fans, que no daban crédito al ver morir a uno de los personajes más queridos de la serie. No fue tanta sorpresa para los seguidores del cómic original, ya que ellos sí habían leído la muerte de este superviviente. A partir de ese momento encontramos a un Rick asustado y a Daryl, el tipo duro por excelencia, encarcelado y completamente doblegado por su enemigo. Ese parece haber sido el principal motivo de la fuerte bajada de audiencia, casi del 40%, de la ficción. Muchos de los espectadores no han podido soportar la crueldad de este villano y la flaqueza de sus héroes, por lo que han optado por dejar de seguir las andanzas del grupo por ese mundo apocalíptico. Es una pena, ya que, por primera vez, la serie estaba siendo fiel al cómic original y a la dureza de su trama. En opinión del que suscribe estas líneas, el punto realmente negativo reside en que cada episodio ha estado basado en un único personaje (alguno en alguien tan secundario como Tara), por lo que ha perdido ese dinamismo en la narración tan esencial para una serie de este estilo. Además, pese al título que da nombre a la serie, los muertos vivientes han quedado relegados a un segundo plano. Cuando aparecen, uno siente casi hasta alivio. Y es que el ser humano se ha convertido en la criatura más peligrosa y despiadada de ese universo de seres putrefactos.

Por cierto, si alguno de ustedes tenía dudas de por qué usan el término "caminante" y no "zombi", Robert Kirkman, el creador del cómic en la que se basa esta producción televisiva, ha dado recientemente una explicación: ese concepto no existe en ese mundo. "Queríamos dar una idea de que 'The Walking Dead' tiene lugar en una realidad alternativa donde la ficción sobre zombis no existe. Sentimos que, al no tener que usar esa palabra, nos podríamos separar un poco de todo eso, para que la serie fuera más clara".