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Dolores Medio, veinte años sin una novelista ejemplar

Oviedo homenajea a la autora de "Nosotros, los Rivero" cuando se cumplen dos décadas de su muerte y 105 de su nacimiento

Dolores Medio, en la plaza del Paraguas de Oviedo.

Con demasiada frecuencia, se da el caso de que la fama de una obra literaria puede llegar a oscurecer el resto de la trayectoria, vital y creativa, de su autor. "Nosotros, los Rivero", sin duda la obra más conocida de Dolores Medio y novela clave de la literatura española de mediados del siglo XX, es una de estas cumbres de sombra alargada. Pero la escritora ovetense -de cuyo fallecimiento, el mismo día que celebraba sus 85 años, se cumplen hoy veinte años- es mucho más que la autora de esa obra maestra.

A su muerte, aquel 16 de diciembre de 1996, su vida y su obra ya formaban parte del espíritu de Oviedo que había dejado atrás los prejuicios y los recelos ante cualquier innovación que la escritora tanto había denunciado. Una ciudad agradecida que hoy, cuando se cumplen dos décadas de su muerte, a las 13.00 horas, descubrirá una placa en su honor en la calle Ramón y Cajal. En el lugar que ocupaba su casa natal.

Nacida en Oviedo, el 16 de diciembre de 1911, en el seno de una familia conservadora, la primera vocación de Dolores Medio fue la enseñanza. Su primer destino, en el año 1930, fue Intriago (Cangas de Onís), y de ahí pasaría, sucesivamente, por Cazanes (Villaviciosa) y Pravia. En este destino alcanzaría Medio su madurez como maestra, aceptando los preceptos de la Institución Libre de Enseñanza. Fueron años de felicidad para la ovetense, que mantenía una compleja relación sentimental con un hombre, también maestro, que en sus libros "Atrapados en la ratonera" y "Diario de una maestra" se refleja en el personaje de "Máximo Sáenz".

En 1934 lograría plaza en propiedad en la Escuela de Niñas de Piloñeta (Nava). Mas su carrera y su vida, como las de millones de españoles, sufrieron un vuelco el 18 de julio de 1936. El día que estalló la Guerra Civil.

La sublevación militar cogió a Dolores Medio en Oviedo, en plena zona insurgente, mientras su novio estaba en la republicana. El alter ego de "Máximo Sáenz" acabaría encarcelado en Castropol, por su militancia de izquierdas. Tras salir de prisión, renunciaría a sus ideales para refugiarse en el matrimonio con una mujer acomodada y conservadora.

La doble traición de aquel hombre, a la relación que mantenían y a sus ideales, marcó de manera decisiva a Dolores Medio. En paralelo, la ovetense tuvo que someterse a un proceso de depuración antes de reincorporarse a su plaza de maestra en Piloñeta. Allí permaneció hasta 1953, cuando se traslada a Madrid tras ganar el premio Nadal con "Nosotros, los Rivero".

"Aquel premio fue su presentación en una sociedad en la que cualquier cosa que hiciera una mujer parecía excepcional. Aquí en Oviedo tuvo un gran impacto", explica Carmen Bobes, catedrática emérita de Teoría de la Literatura de la Universidad de Oviedo. No era para menos: el premio Nadal era en la época uno de los principales galardones literarios del país, y servía además para dar a conocer a nuevos valores. Antes que la ovetense habían ganado el premio figuras en ciernes como José María Gironella o Miguel Delibes, y también una joven catalana cuya trayectoria guarda algunas semejanzas con la de Medio: Carmen Laforet. "Al igual que Medio era una escritora desconocida que, tras ganar el premio con 'Nada', se hizo famosa. Tienen trayectorias paralelas, y también sus novelas lo son. Las dos me llegan al corazón", reflexiona Carmen Bobes.

"Dolores Medio es una figura relevante no sólo de la literatura asturiana, sino de la española. Toda una personalidad en el ámbito literario, pero también por su compromiso vital. Por su lucha por la igualdad y el feminismo. Ideas avanzadas de su tiempo con las que mantuvo un compromiso muy firme", sostiene Cosme Marina, presidente de la Fundación Dolores Medio. Ese compromiso la llevaría incluso a prisión. Fue en el año 1963, cuando era ya una escritora de renombre, por apoyar una protesta en favor de los mineros asturianos de los mineros. Sus vivencias en la cárcel darían forma a "Celda común", que no vería la luz hasta el año 1996.

En 1980, la escritora ovetense dio forma a uno de sus sueños: crear la Fundación Dolores Medio, que promueve el premio literario "Asturias", entre otras actividades. Un empeño en el que contó con el apoyo de su hermana Teresa y de personas como Carmen Ruiz-Tilve y Víctor Alperi. La novelista retornaría a Oviedo en 1988, y en la ciudad pasó sus últimos años.

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