El embarazo provoca cambios en la morfología del cerebro de la mujer, que pueden mantenerse hasta dos años después del parto y están asociados a la adaptación de la madre para atender más eficientemente las necesidades del bebé. Así lo han detectado, por primera vez, científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Mediante el análisis de imágenes de resonancia magnética, observaron cómo en las mujeres que han vivido su primer embarazo se reduce el volumen de la materia gris en regiones implicadas en las relaciones sociales. Parte de estas regiones se activan cuando la mujer observa la imagen de su bebé, por lo que "probablemente los cambios corresponden a una especialización del cerebro para encarar los retos que supone la maternidad", explicó el investigador de la UAB y del IMIM y director del grupo que ha llevado a cabo el estudio, Oscar Vilarroya. El estudio se publicó ayer en la revista "Nature Neuroscience".