Jorge Díaz y Javier Ikaz han conseguido remover el baúl de los recuerdos de los "egeberos" españoles para sacar a flote la nostalgia inherente a las imágenes de los tiempos de la EGB. Esta tarde (20 horas), y por primera vez desde que comenzaron a publicar sus libros, los dos autores llegan a Asturias para presentar "Yo fui a EGB 4". Lo harán en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

El libro es -por el momento- el final de una saga que ha sido un éxito. En él hablan del sonido del afilador al pasar por la calle, de las visitas al videoclub para ver las cintas en VHS y de los cumpleaños con los amigos comiendo patatas fritas y ganchitos. Recuerdos, muchos de ellos, de la infancia de los españoles que cursaron la desaparecida EGB. Dicen que, tras leer sus libros, la gente se les acerca con una sonrisa nostálgica, "que no de pena". Porque la infancia es, en principio, una de las etapas más felices de la vida. "Nos dicen que parece que somos los hermanos mayores. Que hemos vivido en la misma casa con ellos; que hemos hurgado en sus cajones y hemos sacado las cosas que tenían, sus juguetes? Es curioso eso. Da igual donde estés, en Bilbao, en Oviedo, Madrid? todos hemos vivido las mismas y hemos tenido las mismas cosas. así que la gente se ve identificada", explica Javier Ikaz. Algunos lectores les reconocen que el libro les ha hecho sentirse muy mayores al recordar todos esos capítulos de la infancia. Y otros al revés. Les dicen que les han hecho sentirse niños.

Pero, ¿es un libro sólo para cuarentones? ¿Para quienes estudiaron la EGB? Para Javier Ikaz, rotundamente no. Es un libro apto para todos los públicos. "Se nos acerca gente de más de 50 años, padres de egeberos, diciéndonos que ellos no han ido a la EGB pero que han vivido todos esos años a través de sus hijos", explica el autor.

Aunque no sólo se les acercan esos padres. También algunos hijos. "Nos viene gente muy joven diciendo que, gracias a estos libros, están conociendo cómo son sus padres, cómo eran cuando tenían su edad. Al final estamos hablando del costumbrismo de la España de los años 70,80 y 90", dice. El libro, con muchas fotografías, golosinas y música, llama la atención de los más niños.

Porque habla de cuando eran pequeños. Recuerdan jugar en la calle, donde había que sacar el ingenio para ver a qué se podía hacer. Como el hinque, un juego en el que pintaban un tablero en la tierra y necesitaban llevar de casa un destornillador o una lima de casa. "Impensable a día de hoy", dice Díaz. También nombran entre los recuerdos la ensaladilla rusa, una comida que, entonces, era todo un acontecimiento porque "igual se comía exclusivamente en Navidades", dice Jorge Díaz.

De la televisión recuerdan con especial cariño los fines de semana. Los viernes por la noche se acostaban viendo el "Un, dos, tres". El concurso lo veían tanto abuelos como niños. El sábado por la mañana se despertaban con "La bola de cristal", un programa para niños pero que no les trataba "como a tontitos", apunta Ikaz. También hablan de los clásicos del rock, el grupo español "Los Ronaldos" -"ojalá volviesen", desea Díaz-, la canción "The Final Countdown" de "Europe"... Himnos todos ellos grabados para cassette.

"Aquellos años no fueron mejores que los actuales. Cada momento tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero creo que al final, todo lo que somos, tiene que ver con nuestro pasado. Con lo que hemos vivido y visto", afirma Ikaz. Hasta ahora no habían venido a Asturias a presentar ninguno de sus cuatro libros. La presentación, que durará aproximadamente una hora, será muy interactiva. Igual hasta hay un examen sorpresa -que ahora lo es menos- y, sobre todo, recuerdos. Muchos recuerdos "egeberos".