Las pinturas prerrománicas de Santullano -la mayor muestra mural altomedieval de Europa- no sólo se ven mal por el paso del tiempo. La iluminación que existe en el interior del templo no ayuda precisamente a disfrutar este legado del Rey Alfonso II que suma ya 1.200 años. Los visitantes tienen que lidiar como pueden con los distintos puntos de luz de las lámparas del interior, que en nada realzan los frescos. La Comisión de Patrimonio del Principado dio anteayer el visto bueno al proyecto técnico para la iluminación exterior y la reforma de la instalación eléctrica del edificio -que incluiría un nuevo sistema de luces led-. El documento pasa ahora a manos de la Diócesis asturiana, la propietaria de esta iglesia parroquial abierta al culto. No hay fechas para ejecutar el cambio de la instalación eléctrica y la Iglesia asturiana se inclina a llevarlo a cabo después de que se culmine la restauración de las pinturas, una obra costosa para la que tampoco hay plazos ni presupuestos. Si acaso, un compromiso del consejero de Cultura, Genaro Alonso, para ejecutarla a lo largo de la legislatura.
El proyecto para renovar la instalación eléctrica de Santullano prevé retirar las lámparas de inspiración altomedieval que tanto obstaculizan un óptimo disfrute de las pinturas y colocar un nuevo sistema modulable de líneas de luces led que irían colocadas en las vigas de madera de la techumbre. Este diseño permitiría iluminar las pinturas de tal manera podrían apreciarse con mucho más detalle estos restos prerrománicos declarados Patrimonio de la Humanidad. El cambio incluiría, además, la instalación de pantallas regulables en las ventanas del edificio para controlar la entrada de luz natural y así optimizar la contemplación de los frescos. En total, la renovación está valorada en unos 120.000 euros. La financiación aún no ha sido concretada.
El proyecto de renovación de la instalación fue una iniciativa del anterior párroco y ahora, tras el cambio de titularidad en la parroquia, el nuevo responsable tendrá que gestionar el proyecto. Víctor Cedrón, delegado diocesano de Bienes Culturales de la Iglesia se muestra proclive a ejecutar ese cambio del sistema eléctrico después de que se acometa la restauración de las pinturas. En 2011, la restauradora Natalia Díaz-Ordóñez elaboró, por encargo del Principado y del Instituto de Patrimonio Cultural de España, un completo estudio del estado de los frescos donde se constató que, pese a la existencia de graves problemas, el deterioro era reversible. Desde entonces, las administraciones aún no han logrado concretar plazos de intervención y ni financiación.
La Iglesia asturiana, titular de estas joyas del patrimonio asturiano, es consciente de que antes que Santullano le llega el turno a San Miguel de Liño, en el Naranco. La comisión de Patrimonio que dio el visto bueno técnico al proyecto de iluminación de Santullano también aprobó el proyecto de restauración de los revestimientos interiores de Liño. En este proyecto, que tiene cuatro fases, se incluye una primera actuación para restaurar la figura del Entronizado, del mismo modo en que anteriormente ya se actuó con la figura del Músico, una intervención de urgencia que afrontó en 2012 el restaurador Jesús Puras. Los expertos han alertado de que las pinturas de Liño están en grave riesgo y, además, advierten de que en el edificio se produjeron movimientos estructurales y que siguen produciéndose.
La aprobación por parte de la Comisión de Patrimonio es el "paso previo", indicó la consejería, para que en 2017 se aborde la restauración integral de las pinturas en colaboración con el Instituto del Patrimonio Cultural de España. Estas obras están marcadas por las limitaciones presupuestarias de Asturias pues la cuantía de la restauración prevista alcanza los 2 millones de euros. Por ello el Gobierno regional buscará el auxilio económico de la administración estatal. Además, en este mismo templo se instalará una nueva puerta de acceso, una reforma que ya cuenta con el visto bueno de Patrimonio.
