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Sánchez Lorenzo: "La novela histórica es mágica, te permite un viaje al pasado"

El catedrático ovetense presenta hoy - su obra "La segunda vida del mariscal", sobre la figura de Michel Ney

Ney.

El ovetense Sixto Sánchez Lorenzo, catedrático de Derecho Internacional Privado en la Universidad de Granada, se define como una persona "un poco afrancesada". Puede que por eso haya escogido al personaje histórico de Michel Ney para su nueva novela: "La segunda vida del Mariscal", una obra que obtuvo el V premio de novela histórica "Ciudad de Úbeda". Un general contradictorio, una pieza importante en la política de Napoleón y un hombre al que envuelve la leyenda de que sobrevivió a su fusilamiento. Esta tarde, Sánchez Lorenzo presenta su obra en el Espacio Circus (Ontier Abogados), en Oviedo, a las 19.00 horas. Le acompañará la escritora Ángeles Caso.

Sánchez Lorenzo asistió a clases en la Alianza Francesa de Oviedo. Durante cuatro años estudió literatura allí. "Siempre me ha interesado mucho Francia", explica. Fue el germen de esta novela. "Leyendo acerca de Napoleón y de la historia francesa me encontré con este personaje, que es muy contradictorio. Era uno de los mejores generales napoleónicos, pero al final había traicionado tanto a Napoleón como a Luis XVIII, a la Restauración. Por un lado era un traidor y, por el otro, una persona valiente".

"Después de la batalla de Waterloo, a él lo fusilan. Aparentemente. Años después, en Carolina del Sur, aparece un maestro de escuela que, cuando se emborrachaba, decía que era el mariscal Ney", explica el escritor. "Hay toda una leyenda montada en torno a si se pudo escapar o no de aquel fusilamiento. El personaje me pareció interesante. Tenía todo ese tinte novelesco, y me animé a escribir una novela histórica que es también una novela policíaca", apunta.

El argumento trata de un personaje al que le encargan descubrir si el mariscal Ney sobrevivió realmente al fusilamiento. Y a partir de ahí se construye toda la trama. Lo que era una cuestión que interesaba al gobierno de Luis XVIII, termina por ser una búsqueda que el protagonista hace de sí mismo. El libro mezcla historia y ficción.

Catedrático de universidad, Sánchez Lorenzo reconoce que no siempre es fácil sacar tiempo para pasar de las publicaciones en las revistas científicas a las literarias. Tampoco "cambiar el chip", pero le resulta terapéutico, estimulante y agradable. Escribir ficción es, para él, un hobby. "Los juristas tienen una tendencia literaria. No sé si tiene que ver con que el principal instrumento de un jurista es la palabra, la argumentación, la retórica. Es nuestro instrumento de trabajo", asegura este jurista. El lado positivo de su trabajo es que el método de investigación científica que utiliza para los trabajos jurídicos le sirve también para armar sus novelas. Esa parte, la de la investigación y documentación histórica, es la que más tiempo le lleva. La parte creativa pasa volando, dice.

Explica que hasta ahora ha escrito novela histórica sin pretenderlo. "Lo que pasa es que este género tiene algo mágico, y es que te permite un viaje al pasado. Por eso nos gusta tanto. Es trasladarnos a épocas que no vivimos", asegura.

Su anterior novela, "El amante de la reina", versaba sobre un amante de María Antonieta. Pero, a pesar de que el personaje también era francés y de una misma época, las dos novelas guardan diferencias importantes. "La primera estaba escrita en primera persona. Eso es siempre más difícil que la novela escrita en tercera persona", precisa este escritor ovetense. "La primera obra también es mucho más fiel a la historia. El 95 por ciento de lo que aparece son hechos contrastados. En ésta sobre Ney hay dos narraciones que corren paralelas: en los capítulos pares hay un relato histórico propiamente dicho y en los impares hay ficción. Se van mezclando, van dialogando entre sí hasta que al final confluyen y conforman el desenlace".

Para él, la novela histórica tiene que tener tres cualidades: informar a la gente sobre una época que no conoce, entretener y transmitir emociones. "Que te transmita emociones, hechos que ocurrieron hace 200 años, significa que el ser humano es siempre el mismo, no cambia", asegura este jurista y escritor asturiano. Y añade: "Además de esas tres condiciones, una novela es una obra literaria. Tiene que pretender ser una obra de arte. Hoy en día estamos acostumbrados a mucho 'best seller'. Puede que su historia sea buena o entretenida, pero la calidad literaria a veces deja que desear". Si el escritor forma, entretiene, transmite emociones y, además, lo hace con calidad literaria, objetivo conseguido, a juicio de Sánchez Lorenzo. Le gustan los libros que enganchan desde el principio y que, al final, el lector diga "qué buen rato he pasado". Ahora, tras el premio recibido en Úbeda, espera "el veredicto de los lectores".

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