La donación de 28 cuadros de los siglos XV al XX propiedad de Plácido Arango al Museo de Bellas Artes de Asturias se convertirá en 2017 en una exposición temporal. Además, cabe la posibilidad de que alguna de esas obras expuestas permanezca colgada en las paredes del Bellas Artes mientras viva este generoso empresario asturmexicano. Arango donará a Asturias esta parte de su colección personal con la condición del usufructo vitalicio. Es decir, podrá seguir disfrutándolas hasta su fallecimiento. A partir de ese momento pasarán al museo asturiano. Los términos de esta donación son muy similares a los de la que ya hizo Arango al Museo del Prado en 2015.

Plácido Arango llegó ayer a pie, poco antes de las 13 horas, a la entrevista que mantuvo con el presidente del Principado, Javier Fernández, en la sede del Gobierno regional de la calle Suárez de la Riva de Oviedo. En un breve encuentro previo con LA NUEVA ESPAÑA, el empresario manifestó su voluntad de comunicar, primero al presidente, su intención de donar parte de su colección y, después, transmitírselo al patronato del Museo, al que corresponde la decisión de aceptarla. Entonces se detallará la lista de las obras donadas, entre las que previsiblemente figurará "Una procesión en la catedral de Oviedo", de Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854), y acaso otros lienzos de autores como Luis Morales, Ignacio Zuloaga, Juan Van del Hamen y Zurbarán. Arango sí quiere agradecer especialmente el "trabajo decisivo" y "excelente" que han tenido en esta donación el director del Museo, Alfonso Palacio, y el experto designado por el empresario como asesor en este asunto, el asturiano Javier Barón, jefe del Departamento de Pintura del S. XIX del Museo del Prado, miembro en su día del Patronato del Museo de Bellas Artes de Asturias. Su empeño personal y solvencia profesional han dado como fruto el enriquecimiento de la donación, indicó el empresario asturmexicano.

Arango es propietario de una colección "modélica" y una de las más selectas que existen en España, según la definió en su día Alfonso Pérez Sánchez, exdirector del Prado. Fue en 2006, en el catálogo de la exposición "Una mirada singular. Pintura española de los siglo XVI al XIX", una selección de 25 obras de maestros españoles procedente de la colección de Arango, algunas de las cuales podrían figurar en esta donación.

Durante su encuentro con Javier Fernández, el empresario manifestó su deseo de realizar la donación en memoria de sus padres Jerónimo Arango Díaz y María Luisa Arias Fernández, ambos asturianos. Por su parte, el jefe del Ejecutivo autonómico mostró su satisfacción "por una decisión que supone una gran satisfacción para el Gobierno de Asturias, gratitud que, sin duda, será también manifestada en su momento por el patronato del museo, al que corresponde aceptar la donación y los términos de la misma", indicó el Gobierno en una nota tras el encuentro, que no estuvo abierto a los medios.

En la entrevista con Javier Fernández, el generoso empresario también detalló que en la donación se reserva el usufructo vitalicio de las obras pero que su deseo era que los cuadros fueran objeto de una exposición "en los próximos meses", "sin descartar que algunas obras puedan seguir expuestas en el mismo en vida del donante, tal como viene ocurriendo con algunas de las que fueron donadas al Museo del Prado".

Durante el encuentro con Javier Fernández, Plácido Arango expresó al presidente regional su "confianza en que la donación prevista y su difusión contribuyan tanto al mejor conocimiento por los asturianos de la magnífica colección que atesora el Museo de Bellas Artes de Asturias, uno de los mejores de España, como a reforzar uno de los focos indudables de atracción de visitantes a la comunidad autónoma".

Con el encuentro de ayer con Fernández, Arango consolidó su imagen de filántropo, uno de los pocos empresario que ejercen como tales en España, condición que ya quedó demostrada con su anterior donación al Prado, pero también con su implicación en la instalación en Asturias de "Los Virtuosos de Moscú", en 1990, y con su respaldo económico a la Fundación Princesa de Asturias, a la que dotó de un patrimonio económico del que carecía.