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"Es una contradicción que Asturias no deje dar conciertos a los profesores de Conservatorio"

Emilio Casares. IRMA COLLÍN

-En Oviedo, el gobierno formado por PSOE, Somos e IU decidió suprimir este año los Premios Líricos "Teatro Campoamor", apenas una semana antes de que se reuniera el jurado. ¿Otro error?

-Me causó una gran tristeza, fue algo poco pensado. Me siento como uno de los iniciadores de haber convertido esta ciudad en la más musical de España per cápita, según un estudio realizado por Luis Gracia Iberni en 14 ciudades españolas. Un gobernante debe saber qué acciones trascienden o no, qué es prescindible y no, y esos Premios trascendían la acción musical de Oviedo en España y en Europa. Lo acabarán haciendo en otro sitio porque es algo necesario. Hay pocos espectáculos como ese donde se valoraba todo un año musical de cantantes, de escena, hasta de investigación. Es preocupante ver como llega una generación para la que simplemente estas cosas ni existen, no son valores para ellos, es terrible. Son capaces de acabar con todo. Me parece triste. La música fue y es uno de los signos distintivos de esta ciudad.

-Asturias prohíbe a los profesores de los Conservatorios que ofrezcan conciertos o actuaciones fuera de los centros educativos. ¿Conoce algún otro lugar en que esto se haga?

-Eso es una contradicción "in termini". El oficio de músico no es para el cultivo personal, es para hacerlo público, es como si a los profesores de la Universidad no nos dejaran dar conferencias, no se puede prohibir eso. El profesor de cualquier otro instrumento debe dar conciertos, sería sospechoso que no lo hiciera, haría dudar de su capacidad.

-Para alguien que ama enseñar, tiene que ser un privilegio ver que deja escuela.

-Eso es lo máximo. Me ha costado mucho dejar las clases porque me gustaban mucho, aunque estoy en un máster y doy de vez en cuando. Pasa el tiempo y hemos perdido de vista que todo se generó en la Universidad de Oviedo. Si echo una ojeada a la Complutense, a Granada, a Valladolid y por supuesto a Oviedo, ahí está la herencia ovetense. He tenido una gran suerte porque me he encontrado siempre con alguien que me ha permitido hacer el milagro.

-Hable de esos milagros.

-Soy una persona persistente, que doy mucho la lata, pero siempre educadamente. Sin Teodoro López-Cuesta como rector de la Universidad de Oviedo, no se hubiera caminado de ninguna manera, y hablo de los festivales de música, de los conciertos, de la especialidad. Esta Universidad y esta ciudad están marcadas en el campo de la musicología y hoy se sigue hablando de los alumnos de Oviedo. Crear el Instituto Complutense no habría sido posible sin el rector Gustavo Villapalos. Cuando llego a Madrid me encuentro con el rector Rafael Pujol, de Gijón, enormemente aficionado a la música. Me pide que le organice unos conciertos como los que hacía en Oviedo y yo le respondo que no lo haré hasta que no cree la especialidad de musicología. Y conseguimos las dos cosas no sin años de lucha. Los conciertos de la Complutense los hacia exclusivamente Luis Gracia Iberni, el que más entendía del mundo y que hacía unos conciertos maravillosos, como los hizo en Oviedo y como hoy se siguen haciendo.

-En el Instituto han hecho los Diccionarios pero también han desarrollado una gran labor de recuperación del patrimonio musical español. ¿Por qué, sin embargo, se estrenan en España tan pocas óperas recuperadas, algunas notables?

-El Gobierno no puede permitirse el lujo de subvencionar a las temporadas del Real, el Liceo, Bilbao u Oviedo sin exigirles que incluyan patrimonio español. En los estatutos del Teatro Real se recoge la obligación de recuperar el patrimonio español y no lo hace. Sólo cuando llegó un amigo como Emilio Sagi a dirigirlo, se hizo. Como dice, en el Instituto, además de los Diccionarios, se han publicado 200 volúmenes de partituras y se han estrenado óperas nuevas en casi todos los lugares del mundo. Hace unas semanas he escrito una carta dura pero educada a un señor muy importante para protestar porque no se hace ópera española. No recuerdo un éxito como el que tuvo "La conquista de Granada", de Emilio Arrieta, una de las óperas recuperadas, en versión concierto, en el Teatro Real. En Alemania, donde también se representó, no podían creer que no se viera en España. Hemos hecho 35 óperas y muchísimas zarzuelas y salvo una ópera que estrenamos en Valencia, "La venta de los gatos" de Serrano, todas han tenido un éxito impresionante. Las acciones del Instituto han sido enormes. Y demostramos que la música puede ser económicamente rentable. Se hizo una estrategia de recuperar patrimonio, lanzarlo al mercado, el mercado lo consume y se producen beneficios, que son los derechos de autor.

-Usted investiga ahora la ópera.

-Estoy escribiendo "Historia de la ópera en España" desde el reinado de Carlos IV hasta nuestros días. Van a ser dos volúmenes gigantescos. Ya he terminado el primero, de 900 páginas, que llega hasta Alfonso XII. En ese periodo se hicieron en España y estrenaron 293 óperas, pues bien se han perdido todas las partituras menos 91, pero de esas el sesenta por ciento se conserva en Francia, que son de nuestro gran músico Manuel del Popolo García, de José Melchor Gomis y de Vicente Martín y Soler, el competidor de Mozart. Cataluña, que fue una productora importante de ópera ya antes del Liceo, produjo en esos años 69 óperas y solo se conserva una, "Odio et amore" del gran Maciá Obiols, pero en la Scala de Milan. Es una ópera impresionante en la que se cuenta todo eso de la nación con Francia que quieren hacer ahora y a cuyo estreno, en 1837 en la Scala, con un éxito infinito y doce funciones, asistieron Rossini, Donizetti y Mercadante, que era profesor de Obiols. Pues, bien, no he logrado que los catalanes la recuperen. ¡Qué país el nuestro!

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