He aquí un libro bellísimo. Para leer y para mirar. Y releer y remirar. Claro que ya el punto de partida es una invitación a que sea así, exuberante y embriagador en trazos y colores: una mirada íntima e introspectiva a la personalidad de la genial artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954). Un talento descomunal recreado por dos autores que se complementan de forma perfecta: Sébastien Perez alterna sus textos poéticos con fragmentos elocuentes de los cuadernos personales de la pintora y el gran Benjamin Lacombe convierte ese caudal inagotable de emociones, pensamientos y sensaciones en ilustraciones que desfilan por páginas troqueladas y encuadernadas en tela para asombro y admiración de quienes pasean por ellas.

"Habito en un planeta doloroso", afirmaba la pintora. Y Lacombe, de quien hemos disfrutado obras maestras como Madama Butterfly y María Antonieta, se sintió fascinado cuando estudiaba Arte por la pintora más famosa del pasado siglo porque llegó a superar el dolor transformándolo en arte, convirtiendo el sufrimiento en material para crear una gran belleza. Y su libro, puro arte de madura belleza, es el mejor homenaje a ella. A Frida.