El director de orquesta Hugo Carrio Avello (Gijón, 1978) ha sido distinguido por LA NUEVA ESPAÑA como "Asturiano del mes", en reconocimiento a su trabajo en favor de la formación de miles de niños y adolescentes de América Latina y su acercamiento al mundo de la música clásica.

Pese a su juventud, el nuevo "Asturiano del mes", que recibe el galardón correspondiente a noviembre, atesora ya una dilatada trayectoria en diferentes orquestas de España y América Latina, siempre orientada al trabajo con niños y jóvenes. Una labor que Carrio afronta bajo la premisa de que la educación musical es, ante todo, un vehículo para transmitir valores y principios éticos a los menores, sin que ello suponga descuidar su formación en el ámbito artístico.

Alumno del colegio de las Ursulinas, Hugo Carrio disfrutó de una primera formación musical dentro del Conservatorio de Música de Gijón. De ahí, Carrio pasó al Conservatorio Superior de Música "Eduardo Martínez Torner", de Oviedo, para posteriormente completar la especialización como director de orquesta en Madrid.

Concluidos sus estudios, Hugo Carrio se enfrentó a una encrucijada, dadas las escasas oportunidades profesionales que había en España. Emergió ahí la figura de Rodolfo Saglimbeni, quien en 2006 le reclamó para jugar un papel fundamental en el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles, Infantiles y Pre-infantiles de Venezuela, entidad fundada por José Antonio Abreu.

En el país caribeño, Carrio encontró su lugar y su vocación. Durante ocho años, este gijonés jugó un papel fundamental en el Sistema Nacional de Orquestas, que en 2008 recibió el premio "Príncipe de Asturias" de las Artes "por haber combinado, en un mismo proyecto, la máxima calidad artística y una profunda convicción ética aplicada a la mejora de la realidad social", según precisó el jurado.

A partir del año 2013, Carrio compaginó su labor en Venezuela con la dirección de la Orquesta Sinfónica Juvenil "Ataúlfo Argenta", de Cantabria. Una ocupación que llevó al asturiano, ya en el otoño de 2014 y tras dejar el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, a instalarse en Santander.

El gijonés retornaría a América Latina en enero de 2016, cuando Juan Diego Flórez le ofreció la dirección de la Orquesta Sinfónica Prejuvenil "Sinfonía por el Perú". Una formación en la que Carrio está implantando una metodología similar a la que ensayó en Venezuela, orientada asimismo a la formación en valores de niños y adolescentes a través de la música, con especial atención a aquellos menores en riesgo de exclusión.

Cuando Hugo Carrio llegó al país, la Orquesta Sinfónica Prejuvenil contaba con 45 miembros. En apenas un año, Carrio ha logrado ampliar el cuerpo de la orquesta hasta los 200 niños. Mas la formación es sólo una parte de la labor de Carrio dentro de "Sinfonía por el Perú", que gestiona quince centros de formación y prevención para menores en todo el país, en los que trabajan con más de 6.000 niños para los que la música es una alternativa a estar en las calles, donde están expuestos a los peligros de las drogas o a caer en la espiral de la delincuencia.