La vida es un círculo. La memoria, una maleta llena de raídas fotografías, un territorio indefinido donde las fronteras vitales se desdibujan en dos momentos muy concretos, la niñez y la vejez, hitos que son la única sustancia que permanece, que sobrevive en el momento final, porque se fusionan en un resumen a veces cruel... Venga, vamos a frenar, perdonen este tono trascendental, pero es que nos hemos quedado muy tocados con la belleza del álbum ilustrado La maleta del abuelo, una obra maestra que supura sensibilidad por cada uno de los poros de la celulosa en la que se desarrolla esta historia, donde texto e imagen se funden de una manera tan bella como emotiva para regalarnos una historia protagonizada por los recuerdos y su paulatino desdibujamiento, por el amor familiar, por la mirada inocente, asustada, pero mucho más comprensiva que la de cualquier adulto, de una niña -Mariana- hacia su abuelo, viejo marinero cuya memoria se ha convertido en "un cambio de mar, una ola, un barco que no sabe adónde va". Esta poderosa obra, publicada por la editorial Onada, y que se alzó con el III Premio Internacional de Álbum Infantil Ilustrado "Ciutat de Benicarló", es de autoría 100% asturiana, ya que los textos, de una sutileza radical, son obra de Fátima Fernández, nacida en Puerto de Vega, y las ilustraciones, letras que se expanden en claroscuros como latidos, han nacido del pincel del gijonés Juan Hernaz. Ambos artistas se convierten en una sola voz, un susurro que resume la vida en apenas 30 páginas, dejándonos en el paladar ese gusto agridulce de la aceptación de nuestra frágil humanidad. Y flotando sobre toda esta maravilla cargada de metáforas, una palabra impronunciable, maldita y cada vez más cotidiana: alzhéimer.

Esta cuidada edición tiene otro punto a su favor, su carácter bilingüe, lo que permitirá a muchos padres, además de explicar a sus hijos unas situaciones tan cotidianas como difíciles de afrontar, practicar un poco del tan necesario idioma inglés.

Y sin abandonar territorio creador asturiano, pero transitando un tono muy diferente, nos podemos encontrar en las librerías con la divertida obra Diminutos cuentos, editada por Trabe. En ella ocho pequeñas grandes historias, escritas por Henar Ortiz e ilustradas por Abraham Menéndez, nos presentan una galería de personajes dispuestos a arrancarnos una sonrisa y a arrastrarnos a otros mundos, a esos reinos infantiles, poblados de surrealismo juguetón, en los que la canela y un cascabel pueden ser amigos, donde lo más importante de la vida es sentir "las cosquillas de la arena de mi playa preferida en mis pequeños pies" o en la que los pájaros aplauden golpeando sus picos contra el agua de un estanque. Esta colección de microrrelatos, con un cierto regusto a la sorna de la enorme Gloria Fuertes, es una obra que entretendrá a personas de muy diversas edades y que, de paso, les ayudará a sentirse un poco más a gusto consigo mismas, ya que los beneficios de su venta se destinan íntegramente a la Fundación El Pájaro Azul, una ONG asturiana que desarrolla diferentes programas de ayuda a los más desfavorecidos en el continente africano. ¿Qué más se puede pedir a una obra como ésta, donde entretenimiento y solidaridad van de la mano?