Un chico entra en contacto con una enigmática y gigantesca criatura mitológica tan inocente como destructiva llamada Trico, con la que forjará una amistad indestructible a lo largo de una odisea llena de peligros en un mundo de ruinas y enemigos despiadados. A partir de esta sencilla premisa, el gran Fumito Ueda (autor de los inolvidables ICO y Shadow of the Colossus) crea con The last guardian una obra que se sale de lo corriente y cuyo desarrollo ha superado no pocos obstáculos y momentos de zozobra. Un proceso conflictivo que ha dejado huellas en algunos aspectos técnicos del juego no del todo logrados, pero que se disculpan cuando entra en acción la minuciosa y formidable creación de Trico, sencillamente asombrosa, que permite que la relación entre el niño y la mascota alcancen momentos de intensidad arrolladora. El jugador controla al muchacho, no a la criatura, pero ese detalle, lejos de convertirse en una causa de frustración, lo que hace es aportar un toque de originalidad y una tensión pocas veces vista en juegos así. En definitiva, un gran título que merece muy mucho la pena, con un final emocionante capaz de conmover a un témpano de hielo.