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MANUEL LÓPEZ-GÓMEZ | Maestro venezolano, dirige la OSPA esta semana

"La sociedad aleja a los niños de la música, para ellos debe ser diversión"

"Aunque las cosas estén difíciles en Venezuela, en esos momentos es cuando uno más tiene que luchar y más tiene que tocar"

El director Manuel López-Gómez. LUISMA MURIAS

El maestro Manuel López-Gómez (Caracas, 1983), uno de los talentos más destacados del reconocido programa musical "El Sistema" de Venezuela, lleva desde el domingo en Oviedo, su segunda vez en la capital asturiana. La primera fue hace diez años. El jueves, en Gijón, y el viernes, en Oviedo, dirigirá a la OSPA con el programa "Orígenes II" con el pianista Leon McCawley como solista.

-Explique cómo funciona "El Sistema".

-Ante todo, es un programa social y, después, musical. Brinda una oportunidad a muchos niños y jóvenes para formar parte de la red de orquestas y coros que hay en Venezuela sin ningún tipo de costo. Yo nací en "El Sistema". Fueron ellos quienes me dieron mi primer violín.

-¿Qué edad tenía?

-Ocho años. "El Sistema" se encarga precisamente de invitar a la juventud y a la niñez a formar parte del mundo maravilloso de la música y, sobre todo, desde un punto de vista social. Creo que se trata más de que aprovechen su tiempo libre para aprender música. Dentro de la orquesta ellos aprenden valores que también les sirven en el transcurso de la vida.

-¿Qué valores?

-El trabajo en equipo, solidaridad, la disciplina, la constancia? Muchas cosas que los muchachos no se dan cuenta, pero que si quieres realmente ser exitoso en cualquier campo las necesitas.

-Llega a Asturias con Beethoven. ¿Qué supone para usted este compositor?

-Un reto. Beethoven es uno de los grandes genios de la música. Resulta un reto para cualquier orquesta y director aunque sea un compositor muy tocado. Precisamente por eso, porque la gente conoce a Beethoven, uno tiene que seguir su línea y su naturaleza que él tiene de por sí. En este programa vamos a presentar muchas de sus facetas. No solamente la faceta enérgica de su sinfonía sino también una faceta con mucha carga dramática y trágica en la obertura y, a su vez, un hermoso concierto para piano. No sólo vamos a encontrarnos un Beethoven sino a varios.

-¿Tiene predilección por algún compositor?

-Ahora Beethoven. Generalmente la predilección se adopta dependiendo de con quién se está trabajando. Creo que por esa cercanía en el estudio que uno llega a lograr con ellos causa esa predilección momentánea.

-¿Qué está suponiendo trabajar con la OSPA?

-Me siento honrado. Desde el lunes hubo una energía muy bonita, sobre todo de una calidad familiar que realmente me causó asombro. Como si ya hubiésemos trabajado antes. Suena un poco a cliché pero fue así. Hubo una comunicación muy fluida y honesta. Y sobre todo un interés por lograr la excelencia musical que fue lo que realmente me gustó. Así que auguro dos conciertos muy bonitos. Los estamos preparando con muchísimas ganas.

-Ha trabajado usted en Sudamérica, Europa, Asia... ¿Hay mucha diferencia según en qué país se trabaje?

-Cada orquesta es un mundo. Es como una especie de cita a ciegas. Tú no la llegas a conocer hasta que tienes el primer encuentro. Es función del director percibir cuál es la personalidad de ellos y mantener una buena comunicación y energía durante toda la semana. Eso es algo que no se enseña en el conservatorio. Al final, lo más importante es que tengas claras tus ideas musicales y que se las transmitas con sinceridad a los músicos. Así, el producto final va a ser un producto bueno. Pero yo diría que , aunque sean del mismo país, hay orquestas que son muy distintas, que tienen una individualidad bien marcada y, como todo individuo, tiene su personalidad.

-¿Sigue trabajando igual en Venezuela?

-Hace tres años que ya no vivo allí, pero sí que mantengo contacto con "El Sistema". Hace poco estuve dirigiendo la Orquesta Sinfónica Simón Bolivar, después de una ausencia de tres años. Es importante no olvidar tus raíces y, sobre todo, ponerte a la orden para colaborar con las generaciones que vienen.

-¿Lo echa de menos?

-Muchísimo. "El Sistema" es mi segunda familia. Recuerdo pasarme toda mi infancia y adolescencia con mis compañeros de orquesta, haciendo música y educándome. A mis padres los veía antes de irme al colegio y cuando llegaba de noche.

-Con la situación actual de Venezuela, ¿cómo ve el panorama musical?

-"El Sistema" es una fundación musical que tiene décadas durante las cuales han pasado muchos gobiernos, con momento buenos y malos. Lo importante es que tiene unas bases muy sólidas y fuertes. Obviamente afecta la situación económica y la crisis que está viviendo actualmente Venezuela, pero aún así nosotros, como dice nuestro lema, seguimos tocando y seguimos luchando. Creo que eso es lo más importante. Aunque estén difíciles las cosas, es en esos momentos cuando uno más tiene que luchar y tocar.

-Y para el panorama de la música clásica en general, ¿cómo ve el futuro?

-Éste y otros "sistemas" alrededor del mundo simulando al de Venezuela existen con el mismo espíritu y la misma finalidad: acercar a la juventud y a la niñez el mundo de la música clásica. Para cerrar un poco esa brecha de verla como algo hermético, cerrado, aburrido; brindar la oportunidad de ver a la música con otros ojos. La música para un niño puede tener muchísima diversión, pero a veces es la misma sociedad quien lo aleja un poco. Uno de los deseos del maestro fundador es acercar la música a las mayorías y que no se quede enfocada sólo en unas minorías, que es lo que está pasando aún en muchos países. Creo que el mundo está dándose cuenta de que para el rescate y la supervivencia de la música clásica es importante acercarla a las generaciones venideras.

-Supongo que la situación económica complica que esas mayorías accedan a los conciertos?

-Aunque uno no lo quiera, la política y el sistema político tienen una alta importancia en la cultura. Como todo proyecto artístico se requiere un presupuesto y una base económica.

-¿La gente que se dedica allí profesionalmente a la música tiene ahora más dificultades?

-Lamentablemente hemos visto en los últimos años orquestas con una trayectoria musical muy longeva que han sido cerradas por falta de presupuesto. Es un panorama que entristece mucho pero al final es importante seguir teniendo fe y optimismo para que se vuelvan a recuperar esas orquestas.

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