"Todas son obras maestras, cualquier museo del mundo querría contar con ellas en sus fondos. Este es un día histórico para el museo, uno de los más importantes en sus 37 años de vida". Así calificó Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas Artes de Asturias, la relevancia de la donación realizada a la pinacoteca asturiana por Plácido Arango, y que fue aprobada ayer por la Junta de Gobierno del museo. Un "regalo caído del cielo", como afirmó Palacio, que el empresario astur-mexicano realiza en memoria de sus padres, Jerónimo Arango Díaz y María Luisa Arias Fernández, y que se materializa bajo la figura del usufructo vitalicio, que implica que Arango seguirá disfrutando de las obras mientras viva, y a su fallecimiento serán incorporadas a la colección del museo.

El conjunto de la donación será presentado al público asturiano en una gran exposición que se inaugurará la próxima primavera. A la conclusión de la muestra, es probable que algunas obras, singularmente las de época contemporánea, queden ya integradas en la colección del Bellas Artes. Además, en reconocimiento a su generosidad, la Junta de Gobierno del museo ha propuesto el nombramiento de Arango como "Patrono de Honor" de la institución, tal y como anunciaron ayer su presidente y vicepresidente, el consejero de Educación y Cultura Genaro Alonso y el concejal del Ayuntamiento de Oviedo Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", respectivamente.

El valor de la donación reside tanto en la calidad de todas las piezas como en su perfecta imbricación dentro de las colecciones del Bellas Artes. Las 29 obras donadas por Arango -en concreto 26 pinturas, dos esculturas y un retablo formado por ocho tablas pintadas- enriquecen de manera notable los fondos de maestros antiguos y de arte contemporáneo, y refuerzan la colección de pintura moderna con piezas como "Vista de la catedral de Oviedo con una procesión", obra de Jenaro Pérez Villaamil que, tal y como había adelantado LA NUEVA ESPAÑA, figura entre las donadas.

Entre las 29 obras hay un total de 18 que corresponden a artistas no representados hasta ahora en las colecciones de pintura del museo: Diego de la Cruz, Juan de Juanes, Juan Pantoja de la Cruz, Rodrigo de Villandrando, Juan van der Hamen, Alejandro de Loarte, Jerónimo Jacinto Espinosa, Francisco Gutiérrez, Juan de Valdés Leal, Manuel Millares, Josep Guinovart, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo, Darío Villalba y Antoni Tàpies, del que hubo una obra en depósito en el pasado, así como los escultores contemporáneos Juan Muñoz y Cristina Iglesias y los autores del "Retablo de la flagelación de Leonor de Velasco".

Esta última pieza quizás sea la obra más singular del conjunto. Compuesto por ocho tablas y realizado por dos pintores, el primero del entorno del Maestro de la Visitación y el segundo el Maestro de Oña, Fray Alonso de Zamora, este retablo se integraba en origen en la Capilla del Cementerio del Monasterio de las Clarisas en Medina de Pomar (Burgos), y fue realizado entre 1486 y 1492, lo que sitúa a este "Retablo de la flagelación de Leonor de Velasco" como la más antigua de las seleccionadas junto a la "Tabla del nacimiento de la Virgen" de Diego de la Cruz, fechada hacia 1485. La importancia de este "Retablo de la flagelación de Leonor de Velasco" es tal que mereció un estudio monográfico del maestro de historiadores Joaquín Yarza. Para su montaje en el museo, Plácido Arango enviará a una persona de su confianza.

Además de estas incorporaciones, la donación permite al museo hacerse con obra en propiedad de otros cuatro artistas de los que actualmente cuenta con depósitos, bien de otras instituciones bien de coleccionistas privados, y en algunos casos con piezas de mayor calidad incluso. Se trata de Pablo Palazuelo, Claudio Coello, Esteban Vicente y el Equipo Crónica, formado por Rafael Solbes y Manolo Valdés, del que Arango cede una pieza con un pedigrí excepcional como es "El bosque de las maravillas A/T", de 1977.

Los otros seis autores incluidos en la donación, y de los que ya se conserva obra en propiedad en el Museo de Bellas Artes de Asturias, son el propio Villaamil; Luis de Morales, "El Divino"; Ignacio Zuloaga; José Gutiérrez Solana; Francisco de Zurbarán y Juan Correa de Vivar, que estará representado con dos obras: las tablas "Camino del Calvario" y "Crucifixión", ambas fechadas hacia 1550. De todas las obras donadas, únicamente dos, la citada "Vista de la catedral de Oviedo con una procesión", de Genaro Pérez Villaamil y "El infante P. Bustos de Lara" de Francisco de Zurbarán, se incluyeron en la muestra "Una mirada singular. Pintura española de los siglos XVI al XIX", selección de 25 obras de la colección Arango que se expuso en el Bellas Artes en 2006. Una muestra a cuya conclusión el empresario astur-mexicano había donado "Otoño Vascongado", de Darío de Regoyos. Un lienzo que Palacio identifica como "la obra número treinta de la donación".

La perfecta conexión de las obras donadas y los fondos del museo no es casual. Durante los últimos tres años, Plácido Arango y Alfonso Palacio han mantenido un debate continuo para ver en qué manera la aportación del empresario astur-mexicano podía enriquecer los fondos de la pinacoteca. Un diálogo en el que han jugado un papel fundamental Marilyn Orozco, la conservadora de la colección Arango, y Javier Barón Thaidigsmann, Jefe del Área de Conservación de Pintura del siglo XIX en el Museo del Prado y un buen conocedor tanto de los fondos del museo asturiano como de las obras que componen la colección del empresario.

"Es un regalo caído del cielo. Desde 2011 no podemos adquirir obra, pero aunque hubiéramos podido salir al mercado, no habríamos podido adquirir obras de este nivel", reflexiona Palacio, quien además revela un valor añadido de esta donación: "muchas de estas obras fueron recuperadas por Plácido Arango, a través de su compra, para el patrimonio histórico español". Una selección de obras maestras que ahora, merced a una donación sin condiciones ni contrapartidas, pasan a ser patrimonio de todos los asturianos gracias a una muestra de generosidad cuyo valor es análogo al de las piezas donadas: incalculable.