"¿Llaveros gratis con un chip para rastrearte y asaltarte? Definitivamente, la gente se aburre mucho. Déjate de leyendas urbanas: #StopBulos". Este es un los tuits con los que la cuenta oficial de la Policía Nacional, @policia, está alertando contra la proliferación de bulos y prácticas relacionadas con el "phishing" (suplantación de identidad de una persona o empresa para obtener información confidencial de un tercero), una prácticas fraudulentas que puede ocultar estafas.

Entre los bulos más recurrentes desmontados en los últimos meses por la cuenta de la Policía destacan algunos como el de que meter al revés el número PIN de la tarjeta de crédito, en un cajero, activa una alarma, o la entrada en vigor de un supuesto nuevo número de emergencias gratuito y exclusivo de móviles, el 088, que vendría a sustituir al 091. "Que no te cuenten milongas... el 088 jamás será un teléfono de emergencias. Si nos necesitas marca 091. Siempre a tu servicio #StopBulos", tuiteaba la policía días atrás, para desmontar esta última invención.

A la hora de combatir estas falsedades, la Policía Nacional incide especialmente en la necesidad de que los ciudadanos no reenvíen aquellos mensajes que les llegan al móvil o a través de las redes sociales y que pueden ser falsos. "¿Te llega un mensaje y no sabes si es un #bulo? No te la juegues y acude a fuentes oficiales y no reenvíes. #rompelacadena #StopBulos", tuiteaba días atrás.

Y es que los peligros de estos mensajes falsos son cada vez más palpables. La incidencia de los bulos en la reciente elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha puesto de relieve los peligros para la sociedad y la democracia de la llamada "posverdad", esa "forma posmoderna de llamar a la mentira", como la definió José Luis Orihuela, el escritor y profesor de Comunicación de la Universidad de Navarra, en una reciente entrevista con LA NUEVA ESPAÑA.

De hecho, la difusión de bulos nunca es inocente. "¡ATENCIÓN, NUEVO #BULO! Esta vez sobre un secuestro en #Sevilla ¡NO compartas, solo contribuyes a crear ALARMA SOCIAL! #StopBulos" , tuiteaba la Policía el pasado 20 de enero, el mismo día que los agentes al cargo de la cuenta tiraban de humor para desmontar otro bulo con marchamo de leyenda humana: "Sí, hay algunas colonias que te dejan K.O. (sobre todo a hora punta en metro). Pero déjate de chorradas y bulos. Rompe la cadena y #StopBulos".

En ocasiones, además, los bulos encubren campañas sucias de tipo comercial, como la que sufrió recientemente una cadena de supermercados de la que se aseguraba que varios de sus productos de cosmética, en concreto unas cremas, habían sido retiradas de la venta por ser potencialmente cancerígenos. Una falsedad desmontada por la Policía vía Twitter.

Estas estrategias entroncan directamente con otra práctica que la Policía combate de manera decidida a través de las redes sociales: la del "phishing". Las últimas víctimas de esta práctica fraudulenta han sido los usuarios de la cadena de televisión en Streaming Netflix, a muchos de los cuales les ha llegado un correo en el que le pedían que validase sus datos de pago, a través de un enlace, por un fallo en su base de datos. "Ojooo ¡nuevo caso de #phishing! Este no es un mail oficial de @NetflixES. Su objetivo es robar tus contraseñas y datos bancarios ¡No piques!", alerta la Policía.

Las entidades bancarias, los supermercados e incluso Correos, con un mensaje recurrente que reclama datos bancarios para proceder a la entrega de un paquete a domicilio, suelen ser las empresas más usadas para este tipo de prácticas. Para descubrir los casos de "phishing", la Policía da unas claves, de nuevo en formato de tuit: "¿Sabes identificar #Phishing? Correos que simulan ser de empresas. Incluyen un enlace para pinchar. Solicitan datos personales. #NoPiques".

Gracias a este lenguaje directo y a su intensa actividad, la cuenta de la Policía Nacional en Twitter, que coordina la inspectora Carolina González, se ha revelado como una de las principales herramientas del cuerpo a la hora de comunicarse con la ciudadanía y combatir la comisión de delitos vía internet. Con más de 2,5 millones de seguidores, la cuenta usa un estilo directo y sencillo, frecuentemente cargado de humor, para difundir sus mensajes. Un estilo que sigue la pauta marcada por su anterior Community Manager, Carlos Fernández Guerra, que dejó esa responsabilidad en el verano de 2015, cuando fue "fichado" por una empresa del sector eléctrico.