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Las víctimas del cura pederasta zamorano pretenden identificar a los encubridores

Algunos de los afectados califican de "ridícula" la pena impuesta por el obispo, el asturiano Juan Antonio Menéndez, y quieren abrir un proceso penal

Veinticinco exseminaristas refrendan las denuncias de pederastia contra el sacerdote zamorano José Manuel Ramos Gordón, al que apartó de su parroquia el obispo de Astorga, el asturiano Juan Antonio Menéndez, tras concluir el proceso eclesiástico abierto contra él por abusos a menores, en el que el propio cura investigado reconoció los hechos.

Un grupo de exseminaristas de La Bañeza y Astorga, compañeros de los gemelos de los que abusó sexualmente el sacerdote Ramos Gordón, han respaldado la denuncia de F. L., uno de esos hermanos. Así lo ratifican en un comunicado en el que afirman que "aun siendo muy pequeños éramos conscientes de que aquella situación no era normal y no sabíamos cómo actuar debido a nuestra inocencia".

Aseguran estos exalumnos que el "pederasta ya ha reconocido su pecado. Ahora pedimos que se manifiesten todos los demás, que aun sabiéndolo y teniendo el deber de mediar y evitarlo no lo hicieron". Hacen referencia a los tutores y profesores de los seminarios que supieron los hechos y no actuaron.

El comunicado añade que "nuestro temor es que no todas las posibles víctimas hayan tenido el valor de hacerlo público. Por ello, con el fin de manifestar nuestro apoyo hacia los compañeros que sufrieron abusos sexuales, pedimos justicia y aportamos nuestras firmas".

Desde que LA NUEVA ESPAÑA publicó en exclusiva el primer caso de pederastia en la Iglesia de Castilla y León, antiguos alumnos de los seminarios de La Bañeza y Astorga se pusieron en contacto para "apoyar" a quien fuera su compañero, uno de los gemelos, "porque todo lo que dice es verdad".

Paralelamente se suceden las reacciones de los antiguos alumnos del Juan XXIII de Puebla de Sanabria, donde también fue profesor el pederasta. Un centro al que acudían alumnos, muchos internos de extracción humilde, becados por Real Seguros y procedentes de Galicia, las cuencas mineras de León, Asturias y Palencia.

"El silencio del obispo es intolerable, nos va a tener que recibir sí o sí". H. H., exalumno del colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria, anuncia que tomará "todas las medidas que sean necesarias para que la Iglesia pida perdón y el pederasta pague la pena que le corresponde, no esa ridiculez que le han impuesto". Y entre esas medidas reivindicativas está la de entrevistarse personalmente con el prelado de Astorga, algo que esperaba hacer ayer después de que el lunes se le confirmara desde la diócesis que podrían hablar "sin problema" con Juan Antonio Menéndez.

Pero ayer todos los intentos de comunicación resultaron vanos. "Hablé con el secretario del obispo y me dijeron que me llamarían a lo largo de la mañana", explicaba por la tarde, visiblemente molesto. Este antiguo estudiante zamorano del colegio diocesano de Puebla es el que tomó la iniciativa de contactar con el Obispado con el fin de "ratificar" personalmente al prelado, Juan Antonio Menéndez, "que lo que está leyendo en los medios de comunicación es verdad. En el colegio diocesano de Puebla hubo abusos sexuales a menores y lo podemos confirmar muchos alumnos".

El zamorano H. H. se propone contactar con antiguos alumnos que fueron víctimas o testigos de los hechos "para organizarnos, levantar nuestra voz y tomar medidas". Entre ellas, apunta la solicitud de una reunión con el obispo de Astorga y la presentación de un escrito "firmado por el máximo de exalumnos" en la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Zamora. Aunque los hechos a los que hace referencia, que se remontan a la década de los ochenta, están prescritos por la legislación penal, H. H. asegura que "se puede abrir una investigación porque pueden salir víctimas más recientes y, por otro lado, de alguna manera hay que hacer presión para que esta persona (en referencia al sacerdote Ramos Gordón) no se vaya de rositas".

Para este exalumno, "es intolerable que el Obispado arregle esto mandando al cura pederasta a una residencia de sacerdotes, allí en Astorga, y que pueda seguir dando misa como si nada".

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