Las nuevas revelaciones de ex alumnos del colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria ratificando los abusos sexuales cometidos por el sacerdote José Manuel Ramos Gordón, no han movido la posición del Obispado de Astorga, encabezado por el asturiano Juan Antonio Menéndez, que se remite "al comunicado que desde el domingo se ha hecho público en la página web de la diócesis de Astorga". Ni una palabra sobre los sacerdotes que pudieron encubrir estos hechos, tanto en La Bañeza y Astorga como en Puebla, a pesar de que crecen las reclamaciones de afectados, que piden responsabilidades a quienes supieron y no hicieron.

El arzobispado de Santiago se limita a apuntar que "desconocía absolutamente" las noticias difundidas sobre los abusos sexuales cometidos por el cura pederasta y se reserva "todas las acciones legales oportunas ante aquellas alusiones que puedan dañar su honorabilidad". El arzobispo Julián Barrio, actual titula de la diócesis de Santiago, era rector del seminario de Astorga, en el que ingresaron los denunciantes tras su paso por La Bañeza. Desde el clero solo se ha dejado escuchar la reacción del obispo de Segovia, César Augusto Franco, quien preguntado por los periodistas ha apoyado la decisión del Obispado de Astorga de apartar del oficio al ex párroco de Tábara porque es "la más normal y natural" en estos casos.

Los vecinos de Tábara están indignados con el sacerdote pederasta, su párroco durante 26 años. Y lamentan la "impasibilidad" del obispo de Astorga "cuando el pueblo le indicó la voluntad de homenajear al que fuera su pastor durante tantos años, y éste aceptara sin más que este acto se celebrara, máxime cuando solo él sabía que don José Manuel ya estaba suspendido de todos los oficios eclesiásticos; pero aun así lo permitió".