"Las mujeres tenemos una habitante desconocida en nuestro cuerpo a la que tardamos mucho tiempo en prestar atención: nuestra vulva", asegura la sexóloga Soraya Calvo. Da igual que hablemos con jóvenes o con personas mayores, " la educación de nuestra sociedad ha menospreciado el conocimiento de los cuerpos y su importancia para una vida plena, sana y felíz", puntualiza. El concepto "vulva" se trabaja en las asignaturas de Conocimiento del Medio y Ciencias Naturales en primaria y secundaria, sin embargo, la nula pedagogía con la que se hila esta palabra y su significado y el escaso uso del término en el "día a día cotidiano" han conseguido que la palabra "suene a chino", dice Soraya Calvo.

Existe una tendencia que simplifica hasta el extremo y borra de un plumazo partes del cuerpo supuestamente periféricas que, al dejar de nombrarse, pierden también su espacio en el imaginario colectivo e incluso en la sociedad. "En ocasiones tras debatir sobre el concepto de vulva he pedido a un voluntario o voluntaria que demostrase sus dotes artísticas e intentase dibujarla. Nadie se aproximó a la realidad. El retrato más común era una especie de vacío negro, nadie tiene en cuenta las paredes vaginales ni habla de dilatación. Por supuesto casi nadie sabe concretar para qué sirve la vulva".

Conocer el cuerpo, sus posibilidades y aprender a pautas de cuidado e higiene son personal son algunos de los conceptos básicos de la educación sexual y también de la educación para la salud.