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Un camino entre pucheros

Febrero empieza con callos

Pilar Vilar es el alma de la cocina de la cafetería restaurante Letual, en Noreña, en cuyo comedor se sirven gran variedad de platos representativos de Asturias

Pilar Vilar Rial, con una de las potas que utiliza en su cocina. ANA PAZ PAREDES

Podríamos decir que el tiempo pide callos, aunque en realidad los callos son un plato con tantos seguidores en Asturias que en cualquier momento del año y a quienes tanto les gustan lo buscan con profusión por cuantos locales los sirvan en el Principado, y más concretamente si se trata de Noreña, donde este producto es el rey, junto con el picadillo, los chorizos y las morcillas, eso sin olvidar el sabadiego, propio de Noreña, y la moscancia, que también tiene sus consumidores en las cuencas mineras. La importancia de la industria cárnica y chacinera de este concejo es innegable y, por lo tanto, lo que allí se produce es ejemplo del buen hacer de sus productores.

De todo ello sabe mucho Pilar Vilar Rial, que junto a su marido, Juanjo Cueto Vallina, se hizo cargo de la cafetería y restaurante Letual, en Noreña, hace 39 años. Ella, que es pura energía y vitalidad, está al frente de los fogones desde siempre, y como buena cocinera muestra sus saberes culinarios en cuanto ha ofrecido a su clientela a lo largo de todos estos años.

Así, tal y como afirma orgulloso su hijo, Héctor Cueto Vilar, quien se ha hecho cargo de la gerencia de este local hace tres años, esta mujer cocina con maestría, entre otras elaboraciones, "los callos, las mollejas, las cebollas rellenas de bonito, el hígado encebollado, las manos de cerdo rellenas de marisco, el jabalí, los pimientos, el pulpo y los cachopos, entre los que destaca el de picadillo y queso de hoja". El joven lucha en la actualidad por mantener la tradición culinaria familiar, pero también, como él dice, "intentando al mismo tiempo incorporar platos nuevos".

Héctor Cueto tiene también buenas palabras para quienes trabajan en el establecimiento, tanto en la cocina junto a su madre como los que están al frente de la barra y en el comedor. "Sin ellos, sin su trabajo constante, además del buen trato que tienen siempre hacia la clientela, todo esto no sería posible".

En su comedor, sencillo y luminoso, se sirve de lunes a viernes un menú a 8,5 euros, donde se puede elegir entre dos primeros y dos segundos platos además de postre. "Estos días puedes encontrar, por ejemplo y por citar algunos platos, pote, garbanzos con bacalao, lentejas, cachopo de lenguado, costillas asadas, etcétera", recuerda Héctor. El fin de semana no hay menú y se va a la carta, amplia y variada, para todos los gustos, y donde en algunos casos cabe la posibilidad de pedir medias raciones.

Así, además de los platos ya citados y de sus famosos callos, también se pueden comer cosas tan apetecibles como la ensalada de la casa, que lleva setas, pulpo y gambas a la plancha; tortos variados, parrillada de verdura o pastel de cabracho, por citar unas entradas. En carnes, además de lo mencionado, hay cachopo Letual, cabrito, entrecot de buey, escalopines o picadillo casero con cabrales. También preparan bien el pulpo, y en pescados hay de lo más variado. Llaman la atención los postres, donde existe una gran variedad de los caseros. Entre ellos se destacan el milhojas de arroz con leche, la tarta de plátano o la mousse de turrón. El fin de semana conviene reservar en el 985741381. Cierra los miércoles por descanso. No cuenta con aparcamiento propio.

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