El Papa Francisco firma el prólogo de un libro titulado 'Lo perdono, padre', escrito por una víctima de abusos, Daniel Pittet, y garantiza "severidad extrema" contra los sacerdotes pederastas y encubridores.

"¿Cómo un cura, al servicio de Cristo y de su Iglesia puede llegar a causar tanto mal? Hemos declarado nuestro deber de actuar con severidad extrema contra los sacerdotes que traicionan su misión y con la jerarquía, obispos o cardenales, que los protejan como ha sucedido en el pasado", escribe el Pontífice.

Se trata de un libro de carácter autobiográfico, que será publicado por la editorial del Vaticano Libreria Editrice Vaticana, por la italiana Piemme y la suiza Éditions Philippe Rey, en el que Pittet relata en primera persona los abusos sexuales que sufrió por parte de un cura cuando era niño.

El Papa califica su relato como "un testimonio necesario, valioso y valiente" al tiempo que define como "una monstruosidad absoluta y un horrendo pecado" los abusos de religiosos a menores. El prefacio, escrito por Francisco de su puño y letra, ha sido publicado este lunes por algunos medios italianos.

Además, el Pontífice agradece al autor su relato que ayudará a "derribar los muros de silencio que sofocaban los escándalos y los sufrimientos y que muestra una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia".

Para Francisco, este testimonio "abre el camino a una justa reparación hacia la gracia de la reconciliación y ayuda a los pederastas a tomar conciencia de las terribles consecuencias de sus acciones".

Asimismo, denuncia a los sacerdotes que "han consagrado su vida para conducir a los niños a Dios y sin embargo los devoran en un sacrificio diabólico". Además, lamenta que muchas de las víctimas de abusos sexuales han terminado por suicidarse. En este sentido, asegura que "estos muertos pesan" en su corazón y sobre la conciencia de toda la Iglesia y pide "humildemente perdón a todas las familias afectadas".

"A sus familias ofrezco mi sentimiento de amor y de dolor y, humildemente, pido perdón. Se trata de una monstruosidad absoluta, de un pecado horrendo, radicalmente contrario a todo lo que Cristo enseña", añade.