El artista plástico José Legazpi protagoniza la muestra "Perra vida", que el próximo 24 de febrero se inaugura en la galería gijonesa Cornión. Una exposición en la que el pintor presenta su producción del último año, marcada por la denuncia social y por el retrato de seres anclados a ambientes marginales o de exclusión social.

Según explica la Soledad Álvarez, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Legazpi trata en estas obras de reflejar "con una voluntad cronística cómo la condición humana se vuelve inmisericorde tanto en el aspecto físico como en el moral y permite la caída del individuo en estados de postración en los que vivir se convierte en algo execrable, miserable y desprovisto de todo rastro de dignidad". Un empeño para el cual el autor recurre "a unas soluciones técnicas y formales que rehúyen los remedios fáciles y rápidos y desvelan una vez más algunos de los rasgos que le caracteriza como artista: la indefinición disciplinaria, el recurso a la técnica con afán indagatorio para ahondar en la relación existente entre la técnica, entendida como elemento necesario para el desarrollo de la idea o como elemento expresivo primario, la forma, que él entiende como elemento significante, y el discurso, condicionante y consecuencia a la vez en su resultado final de la correcta adecuación de los procesos técnicos y de formalización".

Esta línea de trabajo se enmarca además, según precisa Álvarez, en la trayectoria de Legazpi durante el último lustro, en el que ha profundizado en la marginalidad, como se percibió en su anterior exposición: "Billy Conejo en los límites de la marginación", presentada el año pasado en la Universidad de Oviedo. Aunque siempre, y esta es una constante en la obra del artista, poniendo en primer plano "la preocupación por entender al hombre en las diferentes situaciones a las que le enfrenta la vida".