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Cómo parar los pies al fin del mundo

"La ballena de St Piran" es una optimista, entretenida y emocionante distopía que deja buen cuerpo

Cómo parar los pies al fin del mundo

¿Puede pescarse un leviatán con anzuelo?

Buena pregunta para empezar una buena historia. Que empieza así: "En el pueblo de St Piran todavía hablan del día que en los arenales de Piran apareció el hombre desnudo". Situémonos: Cornualles, en la costa de Gran Bretaña, zona de mitos, ritos y leyendas. El mismo día que se rescató al hombre medio ahogado se avistó una ballena.

-¿Cómo es posible que un hombre flote en medio de ellas y no quede hecho trizas?

-Fue una aparición insólita.

El hombre se llama Jonas "Joe" Haak, un analista de la City londinense ("un pirado de la informática") y autor del diseño de Cassie, un programa informático con el que pretende adelantarse a los movimientos de los mercados. Su llegada coincide con la sangría financiera de su banco y la amenaza que ha detectado su Cassie " trabajando en las matemáticas del Armagedón": está próxima una "tormenta perfecta" causada por la suma de una crisis energética y otra económica global. ¿Qué pasará entonces? Que llegará un cataclismo mundial, la ley y el orden pasarán a peor vida y se desatará una pelea por el sálvense quien pueda y como sea. La aparición de esta especie de Gulliver con inesperada erección unida a la llegada de la ballena pone al pueblo en ebullición. Además comienzan a extenderse las noticias de una amenaza letal que se extiende por todo el planeta, de forma que las peores profecías sobre la raza humana se convierten en una peligrosa y acuciante realidad. Las visiones apocalípticas encuentran el cauce necesario para alcanzar el grado máximo de tensión e incertidumbre. Pero esos nubarrones no descargan desastres en la novela porque esta distopía es cualquier cosa menos pesimista. Por muy negras que estén las cosas hay una luz al final del túnel y no todo está perdido por más que la humanidad se empeñe en invocar el desastre. No es una puesta al día de la historia de Jonás y la ballena: es una propuesta literariamente acertada y cargada de sagaces reflexiones sobre el aquí y ahora, dando la oportunidad, sin sermones ni buenismo de catálogo, a la esperanza en el ser humano y su capacidad para encontrar lazos en lugar de romper puentes. Vamos, que después de llegar a la última página se queda con la agradable sensación de haber pasado una temporada aleccionadora y lúcida en compañía de buena gente. Y muy divertida. Recuerda a veces, en su tono y atmósfera, aquellas maravillosas comedias de la productora Ealing de los años 50 que los buenos aficionados al cine recordarán con sumo agrado.

¿Y quién es el autor de esta sorprendente, imprevisible, entrañable e inteligente novela? John Ironmonger, nacido y criado en el África Oriental, es zoólogo de formación y un viajero infatigable. Vive en un pueblo de Cornualles así que conoce al detalle cómo es la vida en esos lugares. Tiene una novela anterior, The notable brain of Maximilian Ponder, que ojalá traduzcan en España pronto porque después de leer La ballena de St Piran es imposible no hacerse amigo de la prosa evocadora del autor y de su capacidad para conseguir una narración potente con enriquecedoras vetas poéticas. Y es que "la poesía es más verdadera que la historia". Gran verdad, ¿no?

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