Los latidos de corazones grabados en la década de los años 40 del pasado siglo por el doctor Iriarte y luego editados en discos de pizarra son la base rítmica del espectáculo "Método cardiofónico" que trae este viernes al Niemeyer (21.00 horas, 13 euros la entrada) el vallisoletano afincado en Lugo Germán García (1978). A partir de esos latidos, el músico compone un universo sonoro con instrumentos mecánicos que leen cartones como la rolmónica cromática, el órgano de barbaría o la caja de música y su inseparable zanfona. En escena, cierran el círculo Benxamín Otero (oboe y corno inglés) y David Herrington (tuba y trompeta). Sin duda, un concierto raro, cuando menos original.

"Procuro embarcarme en proyectos interesantes e ilusionantes, para la ración diaria de desgracias ya tenemos a Donald Trump", asegura Germán García sobre su espectáculo. El instrumento característico de este músico es la zanfona. "La conocí a través de Amancio Prada y me atrajo tanto su sonido como su fisonomía", revela. Asegura que es un instrumento que en los albores del siglo XX pudo estar en peligro de extinción "pero ahora ya no", explica. "En España, gracias a la labor de los filántropos lucenses Faustino Santalices y Antonio Fernández fue posible su recuperación y hoy en día Galicia es una comunidad con muchos maestros que enseñan a tocarla. El principal handicap de las zanfonas es su precio", explica.